Piel seca, escamada y agrietada
Cuando la piel se seca excesivamente se torna muy sensible a factores externos que causan irritaciones y disminuyen su funcionalidad. No debemos olvidar que la piel es la primera barrera natural protectora frente a un entorno cada vez más agresivo.
Cuando a la piel le falta humedad, los signos que lo evidencian aumentan progresivamente. Primero se nota cierta tirantez y una ligera aspereza que le da un aspecto blanquecino. Si al pasar suavemente la uña sobre la piel, esta queda marcada con una raya, es señal que está perdiendo humedad. Ante estados de sequedad más avanzados, la piel se muestra descamada y enrojecida y pueden aparecer grietas que le dan un aspecto cuarteado. Estamos entonces ante una señal de alarma que nos indica la necesidad de tratar la piel antes que surja una inflamación.
Para entender las causas de sequedad en la piel debemos conocer que existen diferentes factores desencadenantes:
- Climas extremos, bien sea en invierno o verano y cuando el aire es muy seco
- Uso excesivo de productos de higiene (jabones, esponjas…)
- Baños prolongados con agua caliente
- Larga exposición solar
- Cambios hormonales
- La edad
- La alimentación
- Poca ingesta de agua (poca hidratación)
- Déficit de vitaminas
- Falta de cuidado de la piel o cuidado inadecuado
Las soluciones naturales
Cuando se evidencian signos de sequedad en la piel lo primero que se aconseja es hidratar el cuerpo y proporcionarle nutrientes eficientes como los ácidos grasos y las vitaminas E y C que contribuyen al mantenimiento de una piel sana, elástica y resistente.
Por otro lado, la higiene es primordial siempre y cuando no se abuse del agua y el jabón. Después del baño, optar por una rutina de cuidado a base de sustancias naturales ricas en vitaminas y aceites que ayuden a retener y equilibrar la humedad.
Blog: Tratar la piel seca