Los factores estresantes a los que nos exponemos a lo largo de nuestra vida, ya sea contaminación ambiental, alimentación poco saludable, sedentarismo o el mismo estrés, sumado todo esto al paso de los años, suponen un desgaste y nuestro cuerpo acaba por resentirse. Se vuelve más vulnerable, incluso más débil y va perdiendo energía.
Ayudar a nuestro organismo, ya sea reforzando las defensas, favoreciendo el sistema metabólico y fortaleciendo las funciones biológicas es casi una tarea indispensable para lograr una buena calidad de vida por muchos años.
Es importante saber qué nutrientes son los que nos ayudan a mantener la funcionalidad de nuestros sistemas: circulatorio, inmunológico, endocrino, cardiovascular, muscular…
La vitalidad y la energía de un organismo sano dependen en gran medida de la absorción de nutrientes en su forma más activa para su correcta asimilación y distribución hacia los tejidos.
El suministro de nutrientes idóneos se puede establecer una vez sepamos cuales son nuestras necesidades y cuales los déficits. Se tratará de revertir la situación por medio de la alimentación y, si hace falta, con el apoyo de complementos de calidad.