¿Infusión en verano? ¡Por supuesto!

Muchos aún tienen la idea que una infusión es una bebida que únicamente se toma caliente, por lo que, cuando suben las temperaturas las guardan en la alacena hasta que vuelva el frío. ¡Lo que se pierden! Las infusiones frías dan mucho juego y pueden hacerse combinaciones verdaderamente deliciosas y refrescantes. Veamos unas cuantas opciones.

El diccionario de la RAE tiene 5 definiciones de infusión de las que nos quedaremos con 3:

  • Bebida que se obtiene de diversos frutos o hierbas aromáticas, como té, café, manzanilla, etc., introduciéndolos en agua hirviendo.
  • Acción de extraer de las sustancias orgánicas las partes solubles en agua, a una temperatura mayor que la del ambiente y menor que la del agua hirviendo.
  • Producto líquido obtenido por infusión.

Aunque dicho diccionario mencione en dos ocasiones que se obtiene introduciendo las sustancias en "agua hirviendo", lo cierto es que no siempre debe ser así. Muchos tés, por ejemplo, se infusionan antes que la temperatura del agua alcance el punto de ebullición.

Por otro lado, en la definición no deja claro si el agua debe seguir hirviendo o no.

Respondiendo a esto, cabe mencionar que una infusión no se deja hervir, sino que se deja en agua caliente. Si dejamos hervir el contenido en agua estaríamos hablando de una decocción.

Por lo tanto, y en resumen, una infusión es:

Bebida resultante de la introducción de uno o diversos frutos o hierbas en agua caliente, a punto de hervir o no, para extraer sus sustancias hidrosolubles.

Evidentemente la bebida que se obtiene está caliente, pero no por eso debe tomarse así.

Infusiones frías

Puedes prepararte infusiones frías terapéuticas escogiendo aquellas hierbas que más te gusten.Y ahora viene la pregunta: Muy bien ¿Y qué hierbas se utilizan para hacer infusiones frías?

Ahí está la gracia: las que a uno se le ocurran.

Pero si no estás "muy puesto" en esto de las infusiones y quieres empezar a introducirte en este mundo, te damos unas cuantas ideas para que vayas probando.

Té verde con menta y limón

La menta es siempre una apuesta segura. Su refrescante sabor combina con casi cualquier mezcla que se nos ocurra. Aquí te proponemos uno de los clásicos.

Calienta agua hasta casi hervir, apaga el fuego e introduce una cucharadita de té verde y otra de menta. Deja infusionar 2-3 minutos y cuela. Puedes añadir un poco de zumo de limón, unas rodajitas o la parte amarilla y aromática de la piel. Endulza al gusto (si es sin azúcar, mejor), deja enfriar y ya puedes disfrutar de esta deliciosa infusión fría.

Rooibos con vainilla y melocotón fresco

Cuando preparas una infusión puedes aprovecharte de lo que la estación te ofrece. En este caso nos ha interesado darle otro uso a la fruta y apostamos por añadir melocotón a nuestra infusión.

El rooibos es de origen africano y aunque muchos lo llamen té, no lo es. Hace ya unos añitos que es fácil de adquirir por lo que se ha vuelto ya un clásico con el que se pueden gozar de muy buenas infusiones.

Hierve agua, apaga el fuego, añade una cucharadita de rooibos y deja reposar unos 5 minutos antes de colar. Una vez has colado la infusión, añade trocitos de melocotón fresco y deja enfriar. Guarda en nevera antes de tomar.

Infusión de casis

Existen combinaciones ya preparadas con las que puedes hacer ricas infusiones frías. Este es el caso de la infusión de casis, cuyo sabor afrutado resulta de la combinación de las grosellas negras con las bayas de saúco, el hibisco y los trocitos de manzana. Esta infusión invita a poderla tomarla en frío.

Su particular composición requiere dejarla más tiempo infusionando. De 7 a 10 minutos antes de colar.

¡Con cacao!

¿Y, por qué no?

Hace unas semanas hablamos de las aplicaciones culinarias del cacao. En el post os explicamos que las cáscaras separadas de las semillas después de tostarlas podían guardarse para darles diferentes usos, entre ellos, como infusión. Y aquí tenemos un ejemplo: té de jengibre, cáscara de cacao.

Poner una cucharadita de té de jengibre y media de cáscara de cacao en una tetera, añadir agua hirviendo y dejar reposar como máximo 10 minutos. Colar, dejar enfriar y servir. Si gusta del sabor amargo, sin edulcorar. Si se prefiere un poco dulce, añadir edulcorante al gusto.

Cubitos de infusión

¿Eres de los que no le "dice nada" beber un vaso de agua? ¿Necesitas encontrar sabor a algo? Pues, antes de pasarte a los refrescos insanos y cargados de azúcar, te proponemos una alternativa más saludable, con la que lo pasarás genial preparando y sorprenderás a tus invitados: tener siempre a mano cubitos hechos de infusión.

La idea aquí es ponerle imaginación. Haz trabajar tu materia gris, seguro que te salen ideas fantásticas. Te proponemos unas cuantas:

La gracia de preparar estos cubitos es que puedes añadirlos a un vaso de agua, con lo que conseguirás una deliciosa agua saborizada, a una infusión ya hecha, lo que hará que no quede aguada si añades cubitos convencionales e incluso mezclar cubitos de diferentes sabores en una misma bebida.

Otra opción a la elaboración de tus cubitos es añadirle hierbas frescas, flores, trocitos de fruta o especias antes de congelar. El efecto de los cubitos de colores decorados dentro de una bebida ¡es lo más!

Si eres mucho de infusiones este post no te habrá parecido novedoso, pero si no es el caso, espero haberte ayudado a aclarar algunas dudas y dado ideas para que puedas hidratarte y estar más fresquito cuando el calor hace acto de presencia.

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