Un verano sin estreñimiento con lactitol

Uno de los principales inconvenientes cuando nos vamos de vacaciones son los problemas intestinales relacionados con la falta de frecuencia para ir al baño. Afortunadamente tenemos recursos que nos ayudarán a solventar esta situación.

Para la mayoría de personas, la llegada de las vacaciones veraniegas son algo muy deseado.

Pese a lo atípico de este año, quien más y quien menos ha planificado una escapada que puede durar varios días.

A parte del cambio geográfico, se producen muchos otros cambios cuando nos vamos de vacaciones: cambio en los horarios, cambio en la forma de alimentarnos e hidratarnos… en definitiva, cambio en las rutinas diarias. Además, el hecho de no encontrarnos en "nuestro baño" genera cierto estrés. Y, por supuesto, esto acaba por manifestarse en algunos con problemas para ir al baño.

En esta época las ventas de laxantes se disparan. Y no es de extrañar, ya que lo molesto que puede llegar a ser vivir una situación como esta tan solo lo sabe quien la ha sufrido.

Cuando no puedes

Hay quien se toma las vacaciones en toda la amplitud de la palabra.

No preocuparse de hacer una dieta más o menos equilibrada, abusar de ciertos productos que no comemos durante el resto del año y prescindir de alimentos que nos ayudan a regular nuestro tránsito intestinal, puede ser el inicio de un problema que puede que no solucionemos hasta que lleguemos a casa. A esto le podemos añadir la falta de actividad, alteraciones en los horarios que antes cumplíamos con rigurosidad… en definitiva, un relax total nada positivo para nuestros intestinos.

Lo que empieza con un "hoy no he ido al baño" continua con un "no puedo ir al baño" y acaba siendo un "no hay manera de ir al baño".

Dolor de barriga, tirantez, gases o sensación de plenitud son algunos de los síntomas típicos de cuando no podemos ir al baño.

Afortunadamente es una situación pasajera y muchas veces se soluciona tan solo con retomar aquello que habíamos dejado de lado:

  • Más consumo de fibra (fruta y verdura)
  • Menor consumo de productos refinados y procesados
  • Mejor hidratación (agua)
  • Aumento de la actividad física
  • Establecer una rutina horaria para ir al baño

Y si aun así la cosa no acaba de funcionar, no está de más tener a mano recursos que pueden prestarnos una gran ayuda.

Lactitol

El lactitol es un polialcohol, también llamado azúcar alcohol, que se obtiene a partir de la lactosa. Aunque lleve en su nombre la palabra azúcar, no se trata de un carbohidrato. Para empezar, como todos los polialcoholes, tiene menos calorías, a razón de 2,4 kcal por gramo (frente a las 4 de los glúcidos). Además, no requiere la presencia de insulina para ser utilizado ni tampoco se metaboliza como los carbohidratos.

La industria alimentaria utiliza el lactitol como un edulcorante bajo en calorías. Su poder endulzante es aproximadamente el 40% que la sacarosa (azúcar común) y tanto su textura como su sabor lo hacen muy apto para aplicarlo en productos bajos en azúcar.

Pero el lactitol tiene otros usos.

Como todos los polialcoholes, el lactitol no es hidrolizado por las enzimas digestivas presentes en el intestino delgado. Nuestro organismo no dispone de recursos para ello, por lo que llega intacto al colon.

Y es en el intestino grueso donde comienzan los cambios y donde el lactitol hace su función. El lactitol es usado como sustrato por las bacterias que en él habitan. Podemos decir que el lactitol es un prebiótico que beneficia el crecimiento de bacterias beneficiosas en el colon.

La flora colónica fermenta el lactitol generando ácidos orgánicos de cadena corta como ácido acético, ácido butírico y ácido propiónico. La presencia de ácidos orgánicos acidifica el medio lo cual aumenta la presión osmótica. Para equilibrar se aumenta el contenido de agua en la luz intestinal, lo que hace que las heces ganen volumen y se ablanden, se estimula el peristaltismo dando como resultado un efecto laxante.

El lactitol puede ser un buen recurso para aquellos momentos en los que tenemos más dificultad para ir al baño. Es un laxante suave que pueden salvar tus vacaciones.

Si buscamos obtener los efectos beneficiosos del lactitol, deben tomarse 10 g diarios de este complemento.

Además, su suave sabor dulce hace que sea muy fácil de tomar. Puedes mezclarlo con tus tés helados, en un batido, en el yogur... ¡donde más te apetezca!

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