¿Qué son las hemorroides?
En el conducto o canal anal se encuentra el tejido hemorroidal, una estructura compuesta por tejido conjuntivo, vasos sanguíneos (vénulas y arteriolas) y músculo. Toda esta estructura forma parte del mecanismo responsable de la continencia fecal.
Cuando las venas del tejido hemorroidal forman dilataciones es cuando aparecen las hemorroides, también llamadas almorranas. De hecho, se trata de un problema circulatorio, unas varices que se forman cuando existe dificultad para el retorno venoso.
Las hemorroides pueden ser internas o externas y se manifiestan con una serie de signos y síntomas: picor, inflamación, molestias, dolor y sangrado.
Aunque afecta por igual a hombres que a mujeres, es durante la gestación que la balanza se inclina hacia las mujeres.
¿Qué las origina?
Existen varias causas que pueden dar origen a la aparición de hemorroides. La mayoría, relacionadas con los hábitos deposicionales.
Situaciones el estreñimiento, relacionado con el simple hecho de ejercer esfuerzos de forma continuada en el momento de evacuar o pasarse largos ratos sentados en el inodoro puede aumentar el riesgo de sufrir hemorroides.
También la diarrea crónica, que puede irritar la zona, el consumo de alimentos picantes o alcohol.
Debido a la presión que se ejerce sobre los vasos hemorroidales, en la mujer gestante es habitual que se manifiesten. Sobre todo, si durante el embarazo hay estreñimiento.
Aunque no solo durante el embarazo se ejerce presión sobre el tejido hemorroidal. En ciertas actividades (cargar peso) o ejercicios físicos se puede dar también la misma situación. Así mismo, cuando hay sobrepeso, la acumulación de grasa abdominal presiona la zona aumentando el riesgo de la aparición sufrirlas.
También existen factores hereditarios en la aparición de las hemorroides.
¿Cómo prevenirlas?
Dado que la digestión, o la parte final de la digestión tiene una relación directa con las hemorroides, lo ideal es empezar por cuidar que nuestras visitas al baño sean lo más “tranquilas” posible.
Ejercer una alimentación con el contenido adecuado en fibra es crucial. Y esto se consigue con el aporte diario de verduras y fruta. Y si se consumen cereales (arroz, avena, pasta, pan…), que estos sean integrales.
Estar lo suficientemente hidratados asegurará que las heces sean menos duras. Debemos pensar que, en la etapa final de la digestión, cuando la masa pasa por el colon, éste absorbe gran cantidad de agua. Si no consumimos líquido suficiente, principalmente en forma de agua, el bolo perderá humedad y se endurecerá, dificultando la expulsión.
Es importante moderar el consumo de sal.
El sedentarismo es nuestro enemigo en todos los aspectos. La actividad física favorece los movimientos intestinales y el avance la masa fecal. Además, estar muchas horas sentados presiona la venas.
¿Cómo tratarlas de forma natural?
Cuando empezamos a sufrir las molestias de las hemorroides, lo primero que debemos hacer es revisar qué las ha podido provocar. Lo descrito en el apartado anterior nos puede servir de guía por si hay que corregir algunos hábitos.
La fibra de tipo mucilaginoso aporta un alivio significativo de las molestias causadas por las hemorroides.
Ciertas semillas como el lino, la chía y la zaragatona contienen un tipo de fibras conocidas como fibras mucilaginosas que, en contacto con el agua forman un gel que suaviza las heces, facilita el tránsito intestinal y alivia las molestias al defecar.
Algo muy habitual es realizar baños de asiento. Sumergir la zona en agua tibia unos minutos, entre 10 y 15, es de los tratamientos más efectivos para reducir el dolor y el picor. Con un par de veces al día es suficiente.
Otra manera de aliviar las molestias es aplicando aceite de oliva para las hemorroides externas.
Como estamos ante un problema circulatorio, pueden ir muy bien plantas que favorezcan el retorno venoso. Este es el caso del castaño de indias o las hojas de parra.
El café y el chocolate contienen, cafeína el primero, y teobromina el segundo, compuestos irritantes para todo el tracto intestinal, y también para la zona anal. Es conveniente reducir o eliminar su consumo ante la presencia de hemorroides. Del mismo modo se debe evitar el picante.
Y no olvides que para los casos más extremos es necesaria la visita al especialista.
