Plantas y hierbas silvestres. Del campo al plato

Ricas en nutrientes esenciales, variedad de sabor y enormes propiedades, las plantas y hierbas silvestres son la versión salvaje de lo que hoy encontramos en fruterías, verdulerías y supermercados.

A la mayoría de los mortales nos gusta disfrutar de la naturaleza. Sobre todo cuando el tiempo acompaña. Sea la estación que sea, nos gusta salir a recorrer caminos, descubrir riachuelos y subir alguna que otra montaña. Nos encanta deleitarnos con la vida en grande al contemplar un paisaje y en pequeño al observar como los insectos buscan entre las flores su alimento.

Aunque más allá de quedar fascinado por las vistas u oler la humedad de un bosque en otoño, la naturaleza pone a nuestro alcance algo que muchos obviamos o hemos olvidado: alimentos.

Muchos pensaréis que eso no es así. ¿Quién no ha buscado espárragos en primavera, comido moras en verano o setas en otoño?  Ahí no os falta razón. Pero hoy queremos recordaros otros que han quedado más en el olvido y que unos pocos, por suerte, se empeñan en recuperar: las plantas silvestres.

Verduras que pasan desapercibidas

Muchas de estas plantas son llamadas "malas hierbas" y lo único que tienen de malo es la palabra con la que empiezan.Seguro que paseando por el campo has soplado en alguna ocasión la esfera plumosa de un diente de león. O has hecho fotos a un campo de amapolas. O has pasado con cuidado por un sendero evitando tocar las ortigas.

Pues todas estas plantas mencionadas, y muchas más que estamos seguros reconocerías nada más verlas, son comestibles y podemos preparar con ellas deliciosas ensaladas, sopas e incluso se pueden rebozar.

Los imprescindibles para ir a buscar plantas silvestres

Si te decides a ir a recolectar plantas silvestres, te recomendamos que antes te informes de cuales son las más comunes en la zona donde vives o donde quieras ir y qué puedes encontrar según la estación del año.

Las primeras veces, sobre todo si no eres muy conocedor de ellas, llevar una guía de campo te será de gran ayuda. Fotos, dibujos e incluso muestras naturales serán unos aliados de primera. Puede que tengas que hacer salidas previas a tu primer día de recolección. Más que nada para conocer el terreno, saber qué plantas hay, aprender a reconocerlas...

Un cesto o bolsa de tela, unas tijeras o navaja, unos guantes, ropa y calzado adecuados y agua si piensas estar mucho rato y el día es caluroso, son los accesorios imprescindibles para tu día de recolección.

Que no te salga la vena "acaparadora". Llegar a casa con la bolsa a rebosar o con una enorme variedad hará que tengas que acabar desechando comida. Piensa que las plantas silvestres son muy perecederas y se deben consumir en poco tiempo.

Ten claro qué harás con lo que hayas recolectado. Saberlo previo a la salida te ayudará a escoger variedad y cantidad.

Si no estás seguro de reconocer una planta, déjala. Haz fotos de todos los detalles que puedas,la forma de las hojas, flor, semillas... Una vez llegues a casa consulta lo fotografiado para identificar la planta.

Nuestra selección de plantas y hierbas silvestres

Diente de león: del diente de león se aprovechan las hojas, las raíces y la flor amarilla. Con las hojas podemos hacer tanto deliciosas ensaladas como prepararlas hervidas. Las flores se pueden consumir hervidas o rebozadas con harina. Con los capullos se pueden preparar conservas para ensaladas y con la raíz, limpias y cocidas, se pueden preparar tortillas. Si se asan o tuestan en el horno y se muelen, pueden servir como sustituto del café. El diente de león estimula la función hepática y tiene efecto diurético. Contiene principios amargos, que estimularan las digestiones y abrirán el apetito. Como verdura, es rica en folatos, vitamina C y minerales como el magnesio, calcio y fósforo, hierro y cobre. Es fácil encontrar diente de león en forma de infusiones, normalmente por su función depurativa y digestiva.

Ortiga: conocida por sus propiedades urticantes, las hojas y brotes tiernos de la ortiga se consumen tras lavarlas y someterlas a cocción, proceso que eliminará también los "pelitos" que liberan su tan desagradable efecto. Con la ortiga cocida se pueden preparar sopas, purés, tortillas, se puede comer aliñándola con aceite y sal, mezclada con otras verduras o como se te ocurra. Se debe prestar atención al lugar donde se recolecte esta planta ya que crece fácilmente en zonas donde se encuentran desechos orgánicos, dando elevadas concentraciones de nitratos. La ortiga es muy diurética y ha sido un remedio tradicional para el tratamiento de afecciones reumáticas. Es también un laxante suave y depurativa. La ortiga contiene ácido fólico, carotenoides, vitamina C, potasio y hierro. Con la ortiga también se preparan infusiones y complementos alimenticios para depurar, como digestivo y diurético.

Ajo de oso: de la misma familia a la que pertenecen el ajo común y la cebolla, del ajo de oso se consumen sus hojas tanto frescas como secas, y son muy apreciadas en cocina. Son ideales para preparar condimentos y salsas, donde aportarán aroma y sabor picante. Cocinado, se pueden preparar sopas y purés. Las propiedades del ajo de oso son similares a las del ajo común. Como antiséptico y vermífugo, está indicado para el tratamiento de lombrices y la prevención de infecciones. Tiene efecto hipotensor y antioxidante.

Amapola: tanto hojas como pétalos y semillas de la amapola son apreciados ingredientes en la cocina. Cuando la planta es joven, antes que nazca la flor, es una buena opción para incorporarla en ensaladas. Con los pétalos secos de la flor se pueden preparar infusiones calmantes. Los pétalos contienen también mucílagos que contribuirán a ejercer efectos suavizantes frente a irritaciones de garganta. Aunque lo más conocido de la amapola son tal vez sus semillas. Pequeñas y negras semillas muy utilizadas en panadería y pastelería. Así pues, esta "mala hierba" no es tan mala después de descubrir todos lo usos que podemos darle. Es hora que nos la empecemos a mirar con otros ojos.

Verdolaga: se trata de una planta rastrera (crece a ras del suelo) que produce unos tallos carnosos o suculentos. Sus hojas son ricas en mucílagos y es una de las plantas con más contenido en omega 3. Se consume en ensaladas y su sabor es suave y refrescante. Las hojas ligeramente hervidas y posteriormente salteadas pueden utilizarse para hacer tortillas o para combinar con otros ingredientes. Ejerce funciones antiinflamatorias y suavizantes de las mucosas intestinales, mejorando el tránsito intestinal. Cuando vayas al campo, fíjate bien, seguro que la identificas.

Tomillo: se utiliza como condimento, como infusión y también en algunas recetas de cocina como ingrediente importante. Añadir las pequeñas hojas secas o frescas de tomillo a un guiso es muy típico en la cocina mediterránea. Pero el agradable aroma del tomillo da mucho juego a la hora de preparar otras recetas como salsas, aceites aromáticos, patés, quesos e incluso sorbetes y helados. En Cataluña es muy conocida la "sopa de farigola", una receta típica que es a la vez cocina de aprovechamiento y remedio sencillo donde se hace una decocción de la planta durante 10 minutos que se vierte a continuación, a través de un colador, sobre trozos de pan del día anterior cortado a láminas con un poco de sal y aceite. Así, se consigue un plato caliente y apto en caso de irritaciones de garganta, ya que el tomillo tiene propiedades antibacterianas, expectorantes, es antiinflamatorio, mucolítico y antiséptico, entre otras muchas.

Y así podríamos seguir por muchas más plantas como las collejas, la gallina, el berro, el plántago, el cardo, la aliaria, la borraja, la malva, … en fin. Si te interesa este mundo, te animo a que profundices en el tema. Te sorprenderás de la cantidad de plantas en las que no has reparado nunca, que tienes a tu alcance y que pueden enriquecer tu dieta y aportarte importantes nutrientes.

Nota: antes de salir a buscar plantas silvestres para consumo, es importante estar informado, no solo para reconocerlas, también para averiguar si se trata de una planta protegida. Lamentablemente, la acción humana ha hecho que en muchas zonas, plantas que antes veíamos de forma abundante, hayan acabado por considerarse especie amenazada, por lo que su recolecta no estará permitida. Por ejemplo, ciertos tipos de tomillo están protegidos en algunas regiones. Que nos gusta "lo natural", sí, pero también debemos ser responsables para poderlo disfrutar durante años.

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