Conoce el síndrome de las piernas cansadas

El organismo está dotado de una serie de válvulas cuya función es evitar la presión de toda la sangre en los puntos más bajos del cuerpo, las piernas. Pero cuando esas válvulas ceden se dilatan algunas venas y las consecuencias a largo  plazo frecuentemente es la insuficiencia venosa o síndrome de piernas cansadas, derivando en las antiestéticas  varices.

Todo comienza cuando se presenta una dificultad en el retorno venoso.

Es decir, cuando las venas encargadas de conducir la sangre a todo el cuerpo no cumplen correctamente esa función. La sangre que llega a las piernas impulsada por el corazón a través de las arterias oxigena y nutre los tejidos. Una vez realizada esta función regresa al corazón y a los pulmones, pero si alguno de los mecanismos de este proceso fracasa se va perdiendo la capacidad de las venas para conducir de vuelta la sangre al corazón y tiende a estancarse en las extremidades inferiores. Este trastorno se conoce comúnmente como insuficiencia venosa crónica, la cual puede derivar en problemas más delicados si no se atiende a tiempo.

Síntomas

Los síntomas de esta dolencia no suelen ser muy contundentes, pues en muchos casos se suelen confundir con molestias pasajeras o simple cansancio.

Algunos de los que aparecen de forma progresiva son:

  • Inflamación o hinchazón en las piernas, pies y tobillos
  • Hormigueo
  • Picazón
  • Dolor y calambres frecuentes
  • Sensación de pesadez y adormecimiento
  • Enrojecimiento o cambios de color de la piel a tonos violetas (en estados avanzados)
  • Aparición de ulceras o pequeñas heridas que se infectan fácilmente (en estados avanzados)
  • Varices (en estados graves)

La insuficiencia venosa y sus consecuencias

Es una enfermedad que solamente se da en los humanos. Es sabido que las mujeres y la gente mayor lo presentan con mayor frecuencia y son más propensas aquellas personas que llevan una vida sedentaria, bien sea por su trabajo o por malos hábitos. cualquier persona que no ejercite frecuentemente el sistema locomotor es mas tendente que el resto a padecer el trastorno de las piernas cansadas o síndrome de insuficiencia venosa.

Las causas pueden ser variadas, además de la falta de ejercicio que constituye una de las más importantes. Otros factores y hábitos inadecuados también pueden favorecer la insuficiencia venosa.

El factor hereditario puede ser uno de ellos, habría que vigilar los antecedentes familiares de problemas circulatorios.

El sobrepeso, una mala alimentación rica en grasas es favorecedora de problemas circulatorios y sus variantes.

El permanecer mucho tiempo de pie, la ropa muy ajustada y el tabaquismo.

El embarazo, frecuentemente en el tercer trimestre hay una propensión a padecer el trastorno, pues el útero crece en gran medida y oprime las venas implicadas en el retorno de la sangre al corazón.

Algunas enfermedades como la hipertensión y la diabetes hacen que la persona sea más susceptible a la aparición de este problema. Igualmente algunos medicamentos a base de hormonas femeninas.

El clima cuando es muy caluroso o permanecer mucho tiempo cerca de fuentes de calor puede favorecer el trastorno o aumentar la evolución en las personas proclives a padecerlo.

Tipos de insuficiencia venosa y prevención de la misma

Hay que tener claro que existen dos tipos de insuficiencia venosa, la primaria y la secundaria. Cualquiera de las dos alteran de forma significativa la salud y la calidad de vida de quien la padece, llegando, en la mayoría de los casos, a derivar en una incapacidad laboral y en el peor de ellos en una incapacidad física que impide realizar tareas cotidianas.

La insuficiencia venosa primaria, es la que está relacionada con la falla en el funcionamiento de las válvulas venosas. Se puede deber al mal funcionamiento de las paredes venosas y favorece la presión del sistema venoso profundo, condición que generalmente deriva en la aparición de las mencionadas varices.

La insuficiencia venosa secundaria, frecuentemente es producto de una trombosis venosa profunda (coágulo de sangre en una vena que se encuentra en lo profundo de alguna parte del cuerpo) esta normalmente no presenta síntoma ninguno con lo cual su diagnostico es difícil y su prevención aun más.

Pero ¿se puede evitar?

Prevenir el síndrome de piernas cansadas es muy sencillo, si nos dejamos guiar por unos hábitos saludables, principalmente en la alimentación y el ejercicio.

La práctica de algún ejercicio moderado al menos 4 veces por semana (caminar, nadar, montar en bicicleta...), son actividades que ayudan a prevenir enfermedades circulatorias, vasculares y de los huesos entre muchas otras y que aportan bienestar en general. Además ayudan a mantener el peso correcto, porque no olvidemos que el exceso de peso contribuye a la aparición del síndrome de insuficiencia venosa.

Otros consejos a tener en cuenta muy útiles tanto en la prevención como en el tratamiento de las piernas cansadas son:

  • Al menos una vez al día, elevar las piernas, bien sea sobre una silla a la misma altura de la que estemos sentados (se pueden hacer elevaciones intermitentes con las piernas juntas) o bien sea en la cama, levantado las piernas contra la pared por espacio de 10 a 15 minutos, es una actividad sencilla que estimula la correcta circulación y retorno de la sangre al corazón, incluso personas que no padecen ningún trastorno lo deberían realizar a modo de evitar futuros problemas relacionados.
  • Evitar el uso de prendas muy ajustadas, limitar el tacón demasiado alto de los zapatos y, aunque es difícil, debemos evitar cruzar las piernas o estar de pie por ratos muy prolongados.
  • Vigilar la dieta, una alimentación sana es el combustible ideal para nuestro organismo, la dieta influye en todos los aspectos de nuestra salud y por eso la insistencia de mantener un régimen correcto, no en vano se hacen constantes campañas sobre la importancia de una sana alimentación, los alimentos ricos en antioxidantes ayudan a activar la circulación.
  • Mantener bajo control médico enfermedades antes mencionadas (hipertensión y diabetes), que pueden favorecer la aparición del síndrome de piernas cansadas.
  • Evitar ducharse con agua muy caliente. Tratar que la temperatura sea agradable sin pasarse con el calor y al final de la ducha pasar un chorro de agua fría sobre las piernas de forma ascendente. Es un buen truco para estimular la circulación, debe realizarse todos los días y empezar por los tobillos hasta la cadera.
  • Mantenerse alejado tanto del calor del sol como de fuentes de calor artificial. Tampoco es conveniente abusar de saunas, cabinas de bronceado, baños turcos etc.
  • En los viajes largos, intentar parar y estirar las piernas un rato, si es en avión, levantarse y dar un paseo, son pequeños consejos que casi nunca tenemos en cuenta pero que ayudan a evitar lesiones posteriores.

Ante los primeros síntomas y aunque se crea que es un malestar pasajero, lo mejor es acudir al médico, solamente un especialista de la salud podrá diagnosticar el síndrome de insuficiencia venosa o de las piernas cansadas, una vez la enfermedad sea diagnosticada, se puede tratar con diversos remedios naturales que ayudan a aliviar los dolores y a mejorar la circulación sanguínea  a su vez que mejoran los síntomas típicos del trastorno.

La aplicación de geles  cremas y espráis a base de plantas como, el castaño de Indias, las hojas de vid o de parra, además de ejercer un efecto refrescante y revitalizante, alivian los síntomas de pesadez y cansancio.
También los productos con contenido de menta y efecto mentolado, refrescan y tonifican las piernas.

Podemos encontrar también en el mercado complementos alimenticios tradicionales, como el trigo sarraceno, el espárrago con diferentes presentaciones y que acompañando una dieta sana y equilibrada evitan la retención de líquidos, favorecen la salud de las venas, el flujo sanguíneo y la circulación en general.

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