¿Por qué unas copas de más nos pueden borrar la película?

El alcohol está bien visto socialmente, es una "droga" que esta presente en todos los eventos sociales. A simple vista no es un problema grave. El problema viene cuando cualquier motivo es una excusa para beber.

¿Por qué unas copas de más nos pueden borrar la película?

Probablemente no hay una coincidencia que hagamos esta pregunta ahora. El Año Nuevo está a la vuelta.

Quien no sabe cuando es el momento de cambiar el alcohol por el agua, es el candidato seguro a padecer la famosa resaca del día siguiente.Después del ¡pop! del corcho de la botella de cava nos encontramos muy animados y seguramente nos apetece una copa algo más fuerte para continuar la fiesta y terminar la noche. ¡Mala decisión!

Quien no sabe cuando es el momento de cambiar el alcohol por el agua es el candidato perfecto a padecer la famosa resaca del día siguiente que tanto lamentará. 

El evidente dolor de cabeza y las náuseas se deben al hecho de que envenenamos el cuerpo con alcohol, lo cual no lo favorece nada.

A medida que se va introduciendo el alcohol en el cuerpo, van desapareciendo las inhibiciones. Cuanto más alcohol circula en la sangre, más fácil se llega a tener
alta autoestima y falta de tacto.

Las posibilidades de no detectar esta condición y meter la pata incluso en los pantanos más grandes son cada vez mayores.

Por un lado, cuando uno está embiragado se asciende la escala de la vergüenza rápidamente alcanzando la máxima puntuación. El nivel aumenta y con ello el estado de ánimo. Al siguiente día o más probablemente en los próximos días debe el afectado escuchar lo vergonzoso de sus acciones capaces de escandalizar a cualquiera. Imposible recordar, puesto que ya había pasado a otro nivel donde se borra completamente la película o se da lugar a lagunas mentales que sólo pueden explicar los testigos del espectáculo. 

¡Pero todo esto tiene una explicación científica!  Con el abuso crónico de alcohol se reduce el tejido cerebral.

Si se toma más de una copa cada día, probablemente ya es demasiado.Como resultado, los científicos americanos han descubierto recientemente, contrario a lo que otros pensaban, que no es debido a que las bebidas ricas en alcohol maten a millones de células cerebrales. Es más bien un proceso complejo en nuestro órgano pensante, en el cual interfiere el alcohol. Una intoxicación por alcohol en los receptores específicos del cerebro afecta precisamente a aquellos que son responsables de los procesos de memoria o los recuerdos. Algunos de estos receptores se inhiben y otros se activan. Por eso ocurren estas incidencias que generan problemas o mal funcionamiento de la transmisión de las señales celebrarles.

En consecuencia, las células nerviosas dan orden de formar ciertas hormonas, los esteroides, estas por su parte bloquean la comunicación entre las sinapsis (es una unión intercelular especializada entre neuronas. En estos contactos se lleva a cabo la transmisión del impulso nervioso). Los recuerdos se hacen imposibles debido a ello y los lapsus o las pérdidas de memoria son inevitables.

Pero para llegar a ese punto es necesario haber ingerido una gran cantidad de alcohol. Así lo enfatizan los científicos de la Washington University en St. Louis y así se demuestra, al menos en los estudios realizados con ratas. Los investigadores les administraron etanol y luego examinaron el área del cerebro responsable de la memoria de los roedores. Concluyendo que el alcohol puede interferir negativamente en prácticamente todo el organismo, incluidas las áreas del cerebro responsables de la memoria.

El famoso vaso de vino tinto

En cuanto al indice de cualquier lesión o muerte de las células del cerebro con el alcohol, los científicos no se ponen todavía completamente de acuerdo. Lo que sí está claro para ellos es el hecho de que el alcohol es un veneno para todas las células del cuerpo, y por lo tanto también para el cerebro.

El metabolismo de las células del cerebro se ve afectado de manera significativa. También se prueba que el tejido cerebral se reduce con el abuso crónico de alcohol. Incluso pequeñas cantidades bebidas con regularidad, tales como el vaso diario de vino tinto. Los estudios han demostrado que conducen a la pérdida de memoria y la reducción de la capacidad cerebral.

Además de sufrir el hígado y el páncreas, el alcohol favorece la obesidad, los trastornos mentales y la predisposición a sufrir trastornos de salud graves puede aumentar. 

No podemos olvidar tampoco que el alcohol agrede primero a todo el organismo y muy posiblemente afecta seguidamente al ámbito psicológico y social.

Los muy aclamados ingredientes saludables del vino tinto también se encuentran en frutas y verduras, té verde y negro, chocolate, en las cápsulas de OPC, el resveratrol y en el jugo de uva. Este último también existe en el blanco y espumoso para el brindis sin alcohol.

En fin, hay alternativas más saludables que la copa de vino diaria para obtener beneficios provechosos del vino tinto, sin la necesidad de introducir alcohol en el organismo.

Aunque tal vez menos divertidas, lo que está claro es que existen alternativas infinitamente más saludables.

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