¿Gases? ¡Mantenlos a raya!

Los gases intestinales pueden llegar a ser tremendamente molestos. Que aparezcan depende de varios factores, algunos de los cuales pueden evitarse. Y para que desaparezcan a veces es necesaria una pequeña ayuda. Te lo explicamos todo a continuación.

La formación de gases es algo totalmente normal. Forma parte del proceso digestivo.  

En un intestino sano siempre hay pequeñas cantidades de gases. Si le ponemos número, se estima que alrededor de 200 ml, cantidad que se incrementa tras la ingesta de alimentos.

Prácticamente la totalidad de los gases se acumulan en el estómago y en el intestino grueso. En el intestino delgado también pueden localizarse gases, aunque las cantidades son poco significativas.

Está claro, entonces, por donde pueden ser eliminados.

A nivel intestinal se pueden “formar” gases y pueden “entrar” gases.

  1. Aerofagia. Aire que se traga mientras comemos y bebemos. El simple hecho de tragar alimentos y bebidas hace que entre también algo de aire. Aun así, existen situaciones que pueden hacer aumentar la entrada de aire: Hablar mientras se come, tomar bebidas con gas, mascar chicle, comer/beber muy rápido e incluso fumar son las más habituales. Un porcentaje muy elevado de este aire es expulsado a través de la misma vía por la que se ingirió mediante el reflejo de eructar. Solo una pequeña parte sigue su camino, junto con los alimentos, hacia el intestino.
  2. Difusión de gases desde la sangre. A través de la sangre también llegan gases al intestino: Dióxido de carbono, hidrógeno y principalmente nitrógeno entran por difusión desde la sangre al intestino.
  3. Gases que se forman durante el proceso digestivo por las mismas secreciones intestinales.
  4. Gases que se generan como producto de la descomposición de alimentos no digeridos por parte de las bacterias presentes en el intestino grueso. Son los más importantes en cuanto a cantidad y los que pueden generar mayor molestia como distensión abdominal o dolor. En el intestino podemos encontrar varios gases: dióxido de carbono, hidrógeno, metano, nitrógeno y oxígeno.

Existen también trastornos médicos que pueden favorecer la aparición de gases. Estos son las intolerancias alimentarias, sobre todo la intolerancia a la lactosa y la intolerancia al gluten, el sobrecrecimiento bacteriano, el estreñimiento y enfermedades del tracto intestinal como la enfermedad inflamatoria intestinal.

Prevenir la aparición de gases

Está claro que la formación de gases no puede evitarse. Lo que sí podemos hacer es poner barreras para que no se generen desmesuradamente.

De entrada, lo conveniente es valorar la posibilidad de que exista algún tipo de intolerancia alimentaria. Una vez descartado esto, tan solo se trata de realizar pequeños cambios en nuestros hábitos.

Si nuestros intestinos tienen cierta propensión a generar gases, podemos empezar por evitar todo aquello que contribuya a que traguemos aire. Muy importante va a ser limitar o eliminar el consumo de bebidas carbonatadas y mascar chicle. Comer con calma y de forma pausada es una buena manera de tragar menos aire.

Comer muy a menudo contribuye a la aparición de gases. Es tan sencillo como dejar más horas entre comidas. Y no nos referimos a las comidas principales. No nos damos cuenta, pero el “picoteo” constante es un gran “formador” de gases. Demos un descanso a nuestro sistema digestivo. Incluso, puede ser muy positivo plantearse seguir pautas de ayuno intermitente (para ello, lo mejor es consultar con un nutricionista especializado).

Se habla mucho de que la digestión empieza en la boca. Esta afirmación es muy acertada ya que en nuestra boca se produce lo que se conoce como “digestión mecánica”, es decir, se trituran los alimentos. Si masticamos bien evitaremos que trozos grandes de comida lleguen al intestino y se descompongan.

Evitar el estreñimiento. Un buen tránsito intestinal evita la aparición de gases. Las heces acumuladas en el colon son grandes generadores de gases, además de que dificultan su expulsión y son un serio problema para la salud.

Otra forma de reducir la formación de gases es cambiando la forma en como consumimos los vegetales. Podemos reducir el consumo de vegetales crudos y hacerlo cocidos. Preferentemente si los hacemos al vapor.

Tratamiento contra los gases

Por todos es sabido que hay una serie de alimentos que facilitan la aparición de gases. Básicamente alimentos ricos en fibra.

La fibra aporta grandes beneficios a nuestra salud y no podemos prescindir de ella. Si supone un problema cada vez que la consumimos, sobre todo cuando comemos legumbres.

Pero como no podemos evitar el consumo de fibra por los enormes beneficios que obtenemos, lo que podemos hacer es controlar el consumo e ir aumentándolo poco a poco. Y para contrarrestar la aparición de gases, ayudarnos de elementos que tengan propiedades carminativas.

Las sustancias amargas presentes en algunas hierbas, hortalizas y frutas favorecen la digestión. Plantas como la alcachofa, además de especias como pueden ser el jengibre, la cúrcuma o la canela son muy recomendadas en el caso de comidas copiosas y potencialmente indigestas.

Y para aquellas situaciones en las que tenemos distensión abdominal e incluso espasmos o dolor, cuando somos incapaces de expulsar los gases acumulados, la naturaleza, afortunadamente, ha puesto a nuestra disposición una cantidad importante de hierbas con efecto carminativo. Un carminativo es una sustancia que favorece la expulsión de gases intestinales.

El hinojo, el anís, anís estrellado, el comino, la menta, la alcaravea, la manzanilla, el romero, el tomillo, la melisa y el cardamomo son algunos de los ejemplos de hierbas con efecto carminativo.

Habitual encontrarlas listas para preparar deliciosas infusiones.

Alternativas, tanto para prevenir como para eliminar los molestos gases, tenemos. Ahora solo falta empezar a aplicar lo que mejor se adapte a nosotros. O a lo que mejor nos adaptemos.

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