Miel de Manuka. ¿Cómo se obtiene y se determinan sus propiedades?

La miel de Manuka es un producto muy apreciado, más que como edulcorante, como complemento alimenticio para tratar diversas dolencias, ya que posee unas características únicas que la hacen especial. Esto es debido al arbusto de cuyas flores liban el néctar las abejas. Un arbusto que transmite sus magníficas propiedades antibacterianas, cicatrizantes y antiinflamatorias al producto final: la miel.

Procedencia

Quizá pocos saben que la Manuka (Leptospermum-scoparium) es el nombre en maorí del también llamado Árbol del té, aunque no debe confundirse con el "otro" Árbol del té (melaleuca alternifolia), de la misma familia, pero diferente género, popular por su presentación comercial en forma de aceite o formando parte de otros preparados cosméticos como cremas, jabones o desodorantes.

La Manuka es un arbusto originario del continente oceánico, donde crece de forma silvestre, principalmente en Nueva Zelanda, Tasmania y los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur de la isla australiana.

A diferencia de su pariente melaleuca que vive en zonas pantanosas, la Manuka crece en áreas más secas. Es un arbusto muy abundante, resistente y de fácil crecimiento. Esto ha permitido poder seleccionar los mejores sitios para la colocación (asentamiento) de los panales de abejas productoras de miel de manuka.

Escoger los mejores emplazamientos para producir miel de manuka

Para la elaboración de la miel de manuka de la mejor calidad, el apicultor busca primero áreas alejadas de zonas que puedan estar contaminadas. Se buscan entornos limpios donde las flores del arbusto no pueden corromperse por la polución de vehículos, entornos urbanos, industriales o de pesticidas. Así mismo, deben ser espacios con una densidad suficiente de estos arbustos para garantizar que las abejas tomen el néctar casi de forma exclusiva de las flores de manuka y no tengan que alejarse mucho de sus respectivas colmenas.

Para fabricar 1kg de miel una abeja tendría que hacer el equivalente a 8.000km. Para fabricar 5kg, una vuelta entera a la Tierra.Una vez seleccionado el asentamiento, se distribuyen las colmenas de abejas.

Cabe decir que en el proceso de elaboración de la miel no todo acaba aquí, colocando las colmenas y esperar que las abejas empiecen su trabajo. Las colmenas necesitan unos cuidados y el apicultor debe revisarlas constantemente y procurar mantenerlas en buenas condiciones. Solo así se asegura una colmena sana y productiva.

La época de floración se sitúa entre noviembre y enero. Es decir, final de primavera y principio de verano austral. Aunque una vez se inicia la floración, ésta dura de 6 a 8 semanas, semanas en las que las abejas se afanan en recoger el néctar de las delicadas y efímeras flores de la manuka.

El interior de una colmena

Existen diversos tipos de colmena artificial que pueden clasificarse en dos grandes grupos: las que se fabrican de forma tradicional y las colmenas modernas. Sean unas u otras, el objetivo es conseguir una mayor optimización en la producción de miel.

Centrándonos en las modernas, estaremos ante unas colmenas en forma de caja cuyo interior se divide en diferentes niveles o partes como la cámara de cría, el alza melaria, el piso, rejilla excluidora y el techo, entre otros, y donde se incluyen los cuadros móviles, lugar donde las abejas construyen los panales.

Una colmena la habita una sola colonia de abejas. Las abejas se clasifican en tres tipos, clases o castas y cada una de éstas tiene una función muy diferenciada de las otras dos:

  • Abeja reina: únicamente hay una por colonia. Su función es la de poner huevos y mantener la colonia unida mediante la secreción de feromonas. Destaca de las otras abejas por ser de mayor tamaño. No saldrá nunca de la colmena, excepto cuando realiza los vuelos de fecundación o la abandona para formar una nueva colonia. Solamente se alimenta de jalea real y puede vivir hasta 3 años.
  • Abejas obreras: son las de mayor número dentro de una colonia y son infértiles. Entre las abejas obreras existen también funciones según van madurando. Así, las más jóvenes se encargan de la limpieza de la colmena, cuando ya son un poco más mayores, se harán cargo de la cría de las larvas, posteriormente, su función pasará a ser la de reparar y construir panales ya que desarrollan la capacidad de producir cera, después, serán las responsables del almacenamiento de la miel y el polen para, finalmente, encargarse de la defensa de la colmena. Aunque parezcan muchas etapas, hasta aquí habrán pasado tan solo 3 semanas, momento en el que ya tienen capacidad para volar. Es entonces cuando se convertirán en abejas recolectoras hasta su muerte, unos 3 meses después de su nacimiento. Las abejas obreras se alimentan de miel y en menor medida de polen y jalea real.
  • Zánganos: abejas macho que nacen de huevos no fecundados. Su función es únicamente fecundar a la abeja reina. Aun así, y mientras esto no se produce, también tiene tareas dentro de la colmena, ayudando a las abejas nodrizas a cuidar las larvas y procurando alimento a otras abejas. La vida media de un zángano es de 3 meses y muere después del apareamiento con la abeja reina. En ciertas circunstancias, como puede ser la escasez de alimento, los zánganos pueden ser expulsados de la colmena por las obreras.

El nombre en griego de la abeja es "antophilia" cuyo bonito significado es "que ama las flores". En la zona de cría existe el cuarto habitante de la colmena. Son las futuras abejas o zánganos y ocasionalmente nuevas reinas. Desde la puesta del huevo por parte de la reina en una de las celdas hasta el nacimiento de una nueva abeja pasan 3 semanas. El huevo, en 3 días pasa a ser larva, que será alimentada con polen que traen las abejas recolectoras. Sobre una semana más tarde, la celda es sellada y la larva se convierte en ninfa o pupa. Permanecerá cerrada unos días más hasta su aparición como abeja o zángano.

¿Cómo se elabora la miel?

El néctar de la flor, en este caso de la manuka, es recogido por la abeja recolectora. Este néctar lo almacena en un compartimento llamado buche. Es ahí donde empieza a elaborarse la miel ya que una serie de enzimas que se encuentran en la saliva de la abeja empieza a degradar la sacarosa en glucosa y fructosa.

Una vez la abeja recolectora llega a la colmena, le pasa la apreciada carga a otra abeja más joven (recordemos que las abejas más jóvenes son las que trabajan dentro de la colmena). A partir de aquí el proceso de elaboración de la miel continua, pasándose este líquido de unas a otras para conseguir, por un lado, mediante los procesos enzimáticos, ir transformando el producto, aportarle enzimas y principios activos y, por el otro, reducir la carga de agua del 60% inicial hasta el 16-18% de humedad que debe tener la miel final. Todo este proceso suele durar unos días, donde las abejas trabajan sin descanso, y que se alargarán más o menos en función de la humedad y temperatura ambiental. Poco antes de llegar al 16-18% de rigor, las gotitas de miel son almacenadas en sus correspondientes celdas y una vez la abeja detecta que ha llegado a su punto óptimo de humedad, las sella con cera.

Ya está a punto para su recolección por parte del apicultor.

Características de la miel de manuka

Aunque todas las mieles poseen ciertos efectos antibacterianos, la miel de manuka supera con creces las propiedades de cualquier otra miel obtenida de otras flores. Las propiedades de algunas mieles de manuka son tan potentes y su popularidad ha crecido tanto en los últimos años que desde Nueva Zelanda se han creado grupos de estudio para conocerla en profundidad.

A la miel de manuka se le atribuyen efectos:

  • antibacterianos (el principal)
  • antisépticos
  • digestivos
  • antioxidantes
  • antiinflamatorios
  • cicatrizantes

No se sabe aún el motivo por el cual unas mieles tienen más poder antibacteriano que otras. Se trabaja sobre diversas hipótesis: la época en la que las abejas recogen el néctar, la riqueza del suelo donde crece la manuka... Además, se ha observado que hay variedad antibacteriana de un año para otro aunque la miel haya sido recolectada en la misma zona.

Se han establecido grados de clasificación de la miel de manuka según su poder antibacteriano. Es por este motivo que algunas mieles de manuka se destinan a un uso terapéutico, para tratar trastornos de diferente índole, más que como alimento.

Para saber más sobre las propiedades de la miel de manuka, consulta este post.

¿Cómo saber la actividad antimicrobiana de una miel de manuka?

Existen diferentes métodos para medir la potencia terapéutica de una miel de manuka, aunque nos centraremos en 2: UMF (unique manuka factor) y MGO (metilglioxal). Ambos patentados.

  • UMF: mide la potencia de actividad antibacteriana de la miel de manuka, es decir, el rendimiento antibacteriano y lo compara con un desinfectante, el fenol. Se expresa mediante un índice UMF. Cuanto mayor sea este índice, mayor actividad. Niveles menores de 10 no presentan actividad terapéutica. O lo que es lo mismo: no se considera una miel activa.
  • MGO: Mide la cantidad de metilglioxal en mg/kg (miligramos por quilo) de la miel. Un compuesto con actividad antimicrobiana, antiséptica, antibacteriana que logra superar las enzimas digestivas y asegurar las propiedades mencionadas. A más cantidad de MGO presente en la miel, más actividad.

UMF y MGO pueden compararse y establecer una equivalencia ya que existe relación entre la actividad antimicrobiana y la concentración de metilglioxal. Así:

UMF 10+ = 263 MGO

UMF 12+ = 354 MGO

UMF 15+ = 514 MGO

UMF 20+ = 829 MGO

UMF 25+ = 1123 MGO

[Nota: el signo (+) después del número UMF significa que el valor puede ser ligeramente superior al marcado]

Aplicación de la miel de manuka

Como hemos comentado, la miel de manuka tiene tales efectos antimicrobianos que debe ser utilizada por sus funciones terapéuticas, tomada en pequeñas cantidades. Principalmente si se trata de una miel de manuka activa, es decir, igual o superior a UMF 10. O lo que es lo mismo, un MGO a partir de 263.

Con MGO inferiores estaríamos ante una miel que puede ser utilizada para mantenimiento. Aunque algunos estudios han podido demostrar que a más largo plazo también presenta ciertos efectos terapéuticos.

A partir de MGO 263+, la miel de manuka se recomienda para reforzar el sistema inmunitario y mejorar las digestiones.

Para niveles medios (MGO 400+) ya se usa de forma terapéutica como antibacteriano, para tratamientos dermatológicos como el acné, pequeñas quemaduras, heridas, picadas de insectos...

A niveles superiores los tratamientos con miel de manuka son más específicos. Por ejemplo, para tratar la helicobacter pylori inhibiendo su actividad y evitar la aparición de úlceras, así mismo, tratamientos de úlceras ya formadas de diverso origen, de heridas abiertas, sabañones, quemaduras de mayor grado...

Estos puntos son totalmente orientativos. En ningún caso suponen una guía de uso. Conviene consultar con un especialista experto en la utilización de la miel de manuka con fines terapéuticos para poder determinar cuál es la que mejor se adaptaría a las necesidades individuales, la duración del tratamiento, la cantidad a utilizar y la forma de hacerlo.  

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