Dolor de espalda. Evitarlo y tratarlo

El dolor de espalda es uno de los problemas más habituales de la población adulta. Prácticamente la totalidad de nosotros lo sufrimos, lo hemos sufrido o lo vamos a sufrir en algún momento de nuestra vida.

El dolor ubicado en 3 regiones de la espalda

Una manera de clasificar el dolor de espalda es según su localización. Existen 3 zonas: cervical, dorsal y lumbar.

El dolor de espalda afecta más a la población femenina.En la parte superior de la espalda, abarcando desde la base del cráneo hasta los hombros encontramos la zona cervical. Es una zona de gran movilidad por lo que las lesiones son habituales. Y no debemos olvidar el estrés. El estrés genera tensiones físicas de forma inconsciente que pueden acabar en lesión. Y en la zona cervical suele acumularse mucho estrés.

Las más comunes son la tortícolis, la cervicalgia y el latigazo cervical. El dolor puede quedar localizado o afectar a todo el cuello, hombros y llegar hasta los brazos.

Desde la base del cuello hasta el final de la caja torácica, es decir, hasta las últimas costillas, tenemos la zona dorsal. De las tres, es quizá el área que menos problemas provoca por presentar menos movilidad, aunque tampoco se libra del todo.

Las molestias en esta zona suelen ser por malas posturas, lesiones por la práctica deportiva (ya sea a nivel muscular, de ligamentos, de la fascia) o por excesivo uso (movimientos repetitivos).

También puede haber problemas en la columna (hernias, fracturas, artritis…).

Alrededor del 80% de la población sufrirá en algún momento dolor lumbar.En la parte baja de la espalda, la zona lumbar, es donde se producen molestias con mayor frecuencia.

¿El motivo? principalmente tiene que ver con la higiene postural, estar mucho rato sentados, la carga de pesos o movimientos bruscos. También puede aparecer por hernias discales o fracturas. Algunas enfermedades derivan o tienen entre sus síntomas el dolor de espalda.  

El dolor se puede presentar de forma localizada o irradiar hacia glúteos y piernas, en una o en ambas.

Tratamientos

El dolor de espalda supone una de las principales causas de baja laboral.Ante situaciones de molestias crónicas o incapacitantes, la visita al médico se hace necesaria. Las pruebas diagnósticas utilizadas son radiografías, resonancias magnéticas o ecografías, y el médico solicitará cuál o cuáles realizar dependiendo de lo que se esté buscando. El siguiente paso será trabajar a partir de los resultados obtenidos y la derivación, si hiciera falta, hacia el especialista.

Aunque no debemos alarmarnos. Normalmente, el dolor de espalda es pasajero, por lo que un tratamiento conservador de reposo o ligera actividad física, aplicación de calor en la zona y quizá tomar algún analgésico suave suele ser suficiente.

La terapia manual es también habitual en el dolor de espalda. Profesionales como fisioterapeutas y osteópatas ejercen aquí un importante papel para ayudar a la recuperación.

Existe, además, la posibilidad que el profesional sanitario nos paute algún tipo de ejercicio como parte del tratamiento.

Otros tipos de tratamientos fisioterapéuticos pueden pasar por la aplicación de punción seca, ultrasonidos, magnetoterapia, corrientes o láser.

Las cremas con efecto frío, calor o calmantes son también un gran apoyo y, al igual que sucede con la ejercitación o movilidad de la zona, aplicar cremas, aceites esenciales o bálsamos contribuye a una mejor recuperación.

Prevención

Para la espalda, la higiene postural es clave tanto para tratar como para prevenir el dolor y se aplica para posturas estáticas (estar sentado o de pie) y en movimiento. Con la higiene postural no solo se indica la forma correcta de sentarnos y levantarnos. También se explica como levantar y dejar pesos, como mantener la postura mientras caminamos, mientras realizamos actividades de la vida cotidiana e incluso cual es la mejor posición para adoptar a la hora de dormir.

Los trabajos con poca movilidad no son muy amigos de nuestra espalda.

Si tu trabajo pasa por tener que estar muchas horas sentado, adopta la rutina de levantarte de vez en cuando, date una vuelta por la oficina, fábrica…, cambia de postura a menudo, si puedes, trabaja a ratos de pie y a ratos sentado…

Fortalecer la zona abdominal previene el dolor de espalda.Lo mismo si trabajas de pie. Anda, apoya ahora un pie, ahora el otro sobre una pequeña banqueta.

 

Y no hay que olvidar que mantener un buen tono muscular supone una protección eficaz contra las lesiones. Una buena forma es fortaleciendo la zona abdominal. Hacer deporte nos mantiene en forma en todos los sentidos, incluso nos protege frente a las lesiones.

 

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