Planear un embarazo puede hacer surgir dudas a más de una mujer. Sobre todo si durante años se han estado poniendo medios para que precisamente esto no suceda. Más que explicar algo nuevo, queremos hacer hincapié en algunos puntos en los que quizá no habías reparado.
Anticonceptivos
Este primer punto es tan solo para recordar que si estás tomando anticonceptivos hormonales, lo más probable es que tengas que dejar pasar un tiempo antes que los ciclos menstruales se normalicen.
Paciencia si es el caso.
El mejor momento del ciclo
Cualquier manual en el cual se explique el ciclo menstrual te informará que este dura alrededor de 28 días y comienza justo el primer día de regla. Sobre el 14º día, y tras una caída brusca de los niveles de estrógeno, comienza la ovulación, y el mejor momento para concebir. Este momento de mayor fertilidad suele durar unas 24 horas. Pasado este tiempo, si no ha sido fecundado, el óvulo sigue su camino hasta finalizar el ciclo, momento en el que de nuevo menstruamos.
Esto es lo que dicen los "manuales", pero debemos tener en cuenta que en la naturaleza hay variabilidad y una gran carga de factores que influyen directa e indirectamente. O, si no, dinos, de forma natural ¿qué mujer tiene ciclos de 28 días todos los meses? ¿qué mujer ovula el día 14 del ciclo menstrual todos los meses?
Contar los días puede más o menos orientarnos, pero no es una ciencia exacta, por lo que, servirte de ello como único método para escoger cuando es el momento óptimo puede traerte más frustración que satisfacción.
A día de hoy, si estás pensando en quedarte embarazada, realizar test de ovulación es lo mejor. Con ellos podrás saber si el óvulo está preparado para la fecundación, aumentando la posibilidades de embarazo.
El mito de las posturas
Seguro que más de una vez has visto en alguna película, has leído o te han dicho que tras las relaciones sexuales debes mantener las piernas levantadas para facilitar la llegada de los espermatozoides al óvulo. De la misma manera, también se recomiendan una serie de posturas durante el acto sexual, lo que lleva a situaciones de lo más rocambolescas y hasta poco románticas.
Debemos señalar que todo esto no es más que un mito. Los espermatozoides tienen la capacidad, fuerza y rapidez suficiente (están "diseñados" para ello) para ascender por el cuello uterino sin miedo a que "se caigan".
Así que, posturas, sí, claro, pero para disfrutar del sexo, del amor con tu pareja y para divertirte.
Hábitos de vida
Dentro de los hábitos de vida englobaremos la alimentación, la actividad física, los hábitos tóxicos y el control del estrés.
Alimentación: La alimentación no es tan solo una necesidad básica que hay que cubrir para garantizar la supervivencia. A día de hoy, seguir una correcta alimentación es sinónimo de buen estado salud, de prevención de enfermedades, de calidad de vida y de mayor longevidad.
Sabemos que los malos hábitos pueden acarrear problemas de salud entre los que se incluyen desórdenes hormonales que pueden dificultar la capacidad de concebir. Es por ello que apostar por unos hábitos alimentarios saludables es sin duda jugar a caballo ganador.
Basar la dieta en alimentos vegetales (frutas y verduras), legumbres, tubérculos, semillas, frutos secos y cereales integrales, además de carnes magras, pescado y huevos (si no eres vegana) y aceite de oliva, en las cantidades adecuadas.
Lo esencial es que se cubran las necesidades nutricionales, prestando especial atención a aquellos nutrientes que cobran importancia antes y durante el embarazo como pueden ser el imprescindible ácido fólico, así como el hierro, el yodo, la vitamina D e incluso el calcio y la vitamina B12 para vegetarianas.
Evita el consumo de productos altamente procesados. Tu cuerpo, tu salud y tu bebé te lo agradecerán.
Actividad física: Si no tienes el hábito, éste es un buen momento para adquirirlo. Mantenerse físicamente activa no solo es positivo para controlar el peso antes y durante el embarazo, interiorizar la actividad física y establecerla como una rutina más en tu vida es sumamente positivo en muchos otros aspectos: mejor estado de ánimo, reducción del estrés, más vitalidad, más agilidad…
Y, recuerda: huye del concepto de "peso ideal" y del famoso IMC. Busca un peso saludable, que será aquel que mantenga unos correctos porcentajes de tejido magro y graso. La actividad física y la alimentación son elementos clave para ayudarte en tu objetivo de quedarte embarazada.
Hábitos tóxicos: por supuesto, de la misma forma que debe evitarse el consumo de ultraprocesados, otros hábitos tóxicos como el consumo de tabaco, alcohol y otros tipos de droga, deben formar parte del pasado.
No debes olvidar que las enfermedades de transmisión sexual dificultan también el embarazo.
Tanto el tabaco como el alcohol reducen las posibilidades de quedarse embarazada y, teniendo en cuenta los problemas asociados de su consumo para con el desarrollo del feto, este puede ser el mejor momento para dejarlo.
Control del estrés: El estrés puede influir sobre los ciclos menstruales. Y no solo eso. Altos niveles de estrés (haciendo referencia al estrés crónico) dificultan la concepción ya que se puede alterar el funcionamiento hormonal.
Para muchas mujeres, el mero hecho de planificar quedarse embaraza puede generar estrés. La gestión del estrés mediante herramientas como la actividad física (mencionada antes), pautas de relajación, meditación o la práctica de yoga, las relaciones sociales o incluso solicitar la ayuda de un profesional, puede suponer el éxito en la concepción.
Y no nos olvidemos de él
Cuando se va en "busca del bebé" debemos tener en cuenta también al otro 50%, el hombre.
Está más que demostrado que la calidad del esperma en países industrializados ha disminuido en las últimas décadas. Es por ello que cuando se toma la decisión de tener un hijo, el hombre debe aplicar también medidas para cuidarse y cuidar sus espermatozoides.
La alimentación, la actividad física, el consumo de tabaco y alcohol (y otros), así como el estrés influyen significativamente sobre los espermatozoides, pudiéndose ver tan afectados que dificulte la fecundación.
Otro mito entorno a la fecundación que hay que desbancar es la obligatoriedad de tener relaciones sexuales a diario para conseguir el embarazo. La teoría nos dice que lo ideal es mantener relaciones en días alternos cuando se produce la ovulación, ya que de esta manera damos tiempo para recuperar líquido seminal.
Recordemos, una vez más, que aunque el objetivo sea el embarazo, es muy importante disfrutar también del proceso.
¡A por el positivo!