Qué son las estrías
Las estrías se definen como atrofias cutáneas. Son zonas de la piel más delgadas y que visualmente se muestran en forma de líneas o surcos que pueden presentar color rosado o rojo oscuro cuando se forman que se tornan blanquecinas con el paso del tiempo.
Las zonas más comunes donde aparecen las estrías es en los senos, toda el área del abdomen, en la zona lumbar, caderas, muslos, parte interna superior de los brazos y en la zona posterior de la rodilla. Todo y así, toda zona de nuestro cuerpo donde se haya estirado la piel es susceptible de la aparición de estrías.
Las estrías se forman tanto en hombres como en mujeres, con mayor porcentaje en las segundas.
Es importante saber que no se trata de un problema de salud y tampoco causan dolor. Aun así, las estrías suponen un inconveniente estético y un impacto emocional para algunas personas.
Se forman a consecuencia de la rotura de las fibras de colágeno y elastina por 2 motivos:
- Por factores mecánicos. En este caso estamos ante las estrías que suelen formarse durante el embarazo o la pubertad, cuando se produce un crecimiento rápido o cambios bruscos de peso. En deporte también pueden generarse estrías al producirse un aumento del tejido muscular.
- Por factores hormonales. Por ejemplo por un aumento en la producción endógena de estrógenos que se produce también durante la pubertad, embarazo o aumento de peso. Aumento de derivados esteroides como en el síndrome de Cushing o por la toma de medicamentos como pueden ser los anticonceptivos o corticoides de uso tópico.
Otra forma de entender la estría es definiéndola como un desgarro que se produce en la dermis provocada por un cambio de volumen (aumento de peso, hipertrofia muscular, crecimiento rápido…). El tejido implicado no tiene la suficiente elasticidad par adaptarse al cambio, lo que provoca esta "herida" que podemos ver.
¿Desaparecen?
Muchas veces, aunque no siempre, las estrías desaparecen cuando desaparece también lo que las causó. Es decir, si las estrías se formaron como consecuencia del estiramiento de la piel durante un embarazo o por un rápido crecimiento, con el tiempo pueden acabar por borrarse.
La prevención suele ser la mejor arma para evitar o, cuanto menos, reducir al máximo la probabilidad de aparición de estrías. Y esto lo haremos en los factores que podemos controlar, como las subidas y bajadas súbitas de peso.
Utilizar productos específicos para prevenir la aparición de estrías durante el embarazo asegura el éxito en el 90% de los casos.
Para cuando la estría ya se forma, existen tratamientos farmacológicos, dermoestéticos y cosméticos con los que se trabajará para ayudar a la desaparición en la medida de lo posible.
Para ello, lo mejor es empezar a tratar cuando se está en las primeras fases de formación, cuando se muestra de color rojizo o azulado, signo de que se encuentra aun vascularizada.
La aplicación de preparados con colágeno hidrolizado, para ayudar a mejorar la elasticidad, así como el ácido hialurónico, por su capacidad de retención de agua en la dermis, vitamina E, vitamina C o vitamina A.
Recuperar el tono con cremas reafirmantes servirán también de apoyo para minimizar al máximo las estrías.
Entre los tratamientos estéticos se encuentran la utilización de láser e incluso cirugía. Aunque estos ya estarían destinados para cuando la estría ya está del todo formada, cuando ya no tiene color.
Sin olvidar la parte nutricional que, a parte de ayudar a mantener el peso, debe contener nutrientes que estimulen la formación de colágeno, como la vitamina C, y nutrientes antioxidantes, como la vitamina E y la ya mencionada vitamina C.