Cuando hablamos de liberar nuestro entorno doméstico de tóxicos, no solo lo hacemos a nivel medioambiental, también para proteger nuestra salud. Porque, al igual que recurrimos a los buenos hábitos (buena alimentación, realizar actividad física, no fumar, no beber alcohol…), al consumo de complementos alimenticios y a disfrutar de la naturaleza, también como tratamos nuestro hogar influye directamente sobre nosotros. Porque es el lugar donde dormimos, donde pasamos más horas (junto al trabajo) y en definitiva, donde tenemos y queremos sentirnos a gusto, seguros y tranquilos.
Si ahora os digo que os dejo un par de minutos para ir a la cocina, galería, armario de la limpieza o allí donde guardéis todos vuestros productos de limpieza del hogar y los pongáis agrupados sobre una mesa, ¿cuántos productos acumuláis?
Seguro que más de lo que suponíais.
Pues bien. Y si os digo que es posible reducir, ya no solo la cantidad de producto que se utiliza, también la variedad e incluso optar por alternativas menos peligrosas, tanto para vuestra salud como para la del medio ambiente ¿Estaríais dispuestos al cambio? Y si además os digo que vuestro bolsillo (dinerito) va notar la diferencia (en positivo) Ahí ¿qué? ¡Os he tocado la fibra, eh!
Venga, va. Vamos a por ello.
Reducir
Os describo una escena:
Hoy es día de limpieza en casa. Has acabado de barrer y de quitar el polvo, y ahora llega el momento de fregar. Pones agua en el cubo, tomas el friegasuelos, abres la botella y echas un buen chorro casi sin mirar. Huele bien. El otro día en el supermercado compraste una fragancia nueva a "flores cítricas del Mediterráneo occidental" (o algo así) que te encanta. Piensas que cuánto más le eches, mejor, más "a limpio" olerá. La fragancia que desprenderá tu hogar será la prueba de tu esfuerzo. De haber estado horas apartando muebles, limpiando rincones y desempolvando cojines. Genial ¡Eres un crack de la limpieza! Ahora mira la dosificación indicada en el envase y compara con la cantidad que utilizas realmente. Me apostaría el teclado con el que estoy escribiendo esto que es mucho más.
Esto suele pasar. Utilizamos más cantidad de la indicada y cuando queremos sentir que hemos limpiado más, acabamos por echar aún más cantidad.
Además, tenemos una cantidad enorme de productos de limpieza. Uno para el suelo, otro para las superficies de madera, otro para las de metal, otro para las paredes de azulejos, otro desengrasante, para la tapicería, para los cristales… un verdadero cóctel químico.
¿Es realmente necesario tanto producto?
Nuestras propuestas son las siguientes:
- Reducir cantidad de producto: los fabricantes dejan indicado en los envases la cantidad de producto adecuado para utilizar, una cantidad que solemos sobrepasar. Nuestra propuesta es, no solo ceñirse a lo que el fabricante indica, sino utilizar aun menos cantidad. ¿Tienes la sensación que si no huele a producto es que no has limpiado correctamente? Ventila la casa. En ocasiones, sobre todo en épocas de frío, limpiamos manteniéndolo todo cerrado. Abrir puertas y ventanas permitirá renovar el aire llevándose ese olor característico y particular de cada vivienda.
- Reducir la variedad de productos: como hemos indicado, solemos disponer de una enorme gama de productos. Una variedad que quizá no sea necesaria. Revisa todo lo que tienes y piensa si es realmente imprescindible utilizar un producto diferente para cada rincón de la casa. Por ejemplo, para los cristales puedes utilizar agua con unas gotas de jabón. Pasa un paño húmedo con esta mezcla y luego seca con un trapo de algodón. Esta misma mezcla puedes usarla para otras superficies como azulejos o mármoles. Y así es como ahorras dinero y ganas espacio en el armario.Gran frase: No es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia.
- Limpiar menos: como lo lees. Con esto no queremos decir que descuides tu casa y la vayas dejando llena de suciedad. Al contrario. Se trata de ser más cuidadoso y ensuciar poco para limpiar menos.
Con estas tres propuestas estamos seguros que no solo tu hogar se verá más libre de tóxicos, también tu salud te lo agradecerá, de la misma manera que tu bolsillo.
Alternativas
También existe la posibilidad de buscar alternativas domésticas utilizados tradicionalmente y mucho antes del "ataque" de las marcas comerciales.
A continuación os mostramos unos cuantos y qué funciones tienen:
- Vinagre blanco: desinfectante, anti-cal, desincrustante
- Aceites esenciales: desinfectantes, aromáticos
- Limón: desinfectante, desengrasante, blanqueador, anti manchas, abrillantador
- Bicarbonato sódico: limpiador general, absorbe olores, suavizante, blanqueador, abrillantador
- Aceite de oliva: pulidor
- Sal: por sí sola no tiene funciones, se utiliza mezclada para potenciar el efecto del producto con el que se mezcla
- Bórax: nombre comercial del borato de sodio, una sal del elemento Boro. Es un buen limpiador aunque se debe usar con moderación
En Internet puedes encontrar muchísimas aplicaciones realizando diferentes mezclas con estos productos. Nosotros no hemos querido ser menos y te damos unos unas cuantas ideas:
- Limpiar el horno: mezcla bicarbonato y agua hasta obtener una pasta espesa. Protege tus manos con unos guantes y extiende la pasta por toda la superficie del horno a limpiar. Deja reposar unas 12 horas (te aconsejamos realices esta tarea por la noche) y retira con un paño con agua.
- Friegasuelos: 1 vaso de vinagre blanco, ¼ de vaso de bicarbonato, unas gotas de aceite esencial y agua. Llena una botella vacía con un poco de agua, añade el vinagre y el bicarbonato poco a poco y alternando, ya que si se añade de golpe hace mucha espuma. Acaba de rellenar la botella con agua y unas gotas del aceite esencial escogido. Ya tienes tu friegasuelos listo para usar y añadir (tan solo un chorrito) al cubo de agua (fórmula obtenida de Natural y Creativo).
- Para los muebles: mezcla ½ taza de agua, zumo de ½ limón y 2 cucharaditas de aceite de oliva. Pon en un pulverizador, mezcla, rocía sobre un paño húmedo y repasa superficies.
- Anti cal: Simplemente rocía la superficie con vinagre blanco y deja actuar unas horas. También se puede mezclar el vinagre con el bicarbonato.
- Anti óxido: mezcla zumo de limón, agua y bórax formando una pasta. Pon la mezcla sobre la superficie oxidada y frotar.
Productos ecológicos y biodegradables
Otra opción la tenemos en consumir productos responsables o ecológicos que entre sus ingredientes no se encuentran compuestos agresivos con el medio ambiente.
También podemos encontrar productos biodegradables, es decir, que sus componentes son totalmente eliminados al poco tiempo de utilizarse.
En cuanto a los aromas, puede que os encontréis con limpiadores que no desprenden olor. Es importante acostumbrarse a esto, ya que ciertos aromas son también perjudiciales para la salud y para el entorno. Además, que un producto huela mucho no es sinónimo de que limpie más o mejor. Lo limpio no huele.
Como habéis podido apreciar, alternativas para mantener el hogar libre de tóxicos, si no totalmente, en gran parte, las hay. Ahora solo depende de uno mismo si se decide a dar el paso hacia el cambio y apostar por invertir en salud y en la preservación del planeta.