La planta
El hibisco (hibiscus) es una planta de la familia de las Malváceas que cuenta con unas 150-200 especies (según las fuentes de consulta). Entre todas ellas podemos encontrar especies anuales o perennes, tipo arbustivo, subarbustos o árboles, hojas alternas cuyo margen suele ser ligeramente serrado y llamativas flores de 5 pétalos en su mayoría, generalmente solitarias.
Es una planta ampliamente extendida que crece en áreas tropicales y subtropicales, de climas cálidos y húmedos. En nuestro país es fácil encontrar plantas de hibisco en las islas Canarias, islas Baleares y otras zonas del Litoral peninsular donde las temperaturas son más templadas. No soporta el frío y a duras penas aguanta unas horas por debajo de los 0oC.
Puede llegar a los 5 metros de altura, y algo menos, hasta los 2 metros, si su cultivo se hace en macetas. Florece desde principios de verano hasta inicios de otoño. Necesita humedad, por lo que se debe procurar que el suelo no quede nunca seco, aunque sin llegar a encharcar.
El hibisco es una planta muy llamativa con hojas de un color verde oscuro, brillantes y grandes flores con gran variedad de colores dependiendo de la especie.
Una de las características del género hibisco es el centro de su flor. La llamada columna estaminal, que sobresale en algunas de las especies, adquiriendo gran protagonismo.
El hibisco es una planta principalmente ornamental. A algunas especies se les da un uso más allá del mero placer de disfrutar de su belleza.
Usos del hibisco
El más conocido de todos, el Hibiscus rosa-sinensis, es muy apreciado como planta ornamental. Su llamativa flor, presidida por una larga columna estaminal, es la imagen que más conocemos de la planta. Menos conocido es quizá el uso de esta flor como manjar, donde la podemos disfrutar en ensaladas.
Si has ido alguna vez a tiendas donde venden frutos secos, especias y fruta seca, puede que hayas visto, junto a los arándanos, fresas, piña, papaya, dátiles y otras frutas deshidratadas o desecadas, unas frutas de formas extrañas, de color rojo, parecido a una flor espinosa. Pues, no se trata de ninguna fruta, es el cáliz de la flor de Hibiscus sabdariffa, la especie de hibisco más utilizada como alimento. El cáliz seco se puede disfrutar, además, como infusión.
Las hojas de H. sabdariffa tiernas son también usadas para comer.
H. rosa-sinensis es popularmente conocido como rosa de China o genéricamente hibisco. Al H. sabdariffa se lo conoce como rosa de Jamaica o flor de Jamaica, entre otros nombres.
También del H. sabdariffa, así como del H. cannabinus (recibe este nombre por el parecido de sus hojas a las del cannabis), se aprovecha el tallo. El primero era utilizado en sustitución del yute para arpilleras, del segundo fabrica papel.
Otros usos del hibisco lo encontramos en el H. moschuetos, por ejemplo, donde su aceite es apreciado en perfumería.
Propiedades del hibisco
Sin duda, el H. sabdariffa es la especie más utilizada, tanto por su sabor como por sus propiedades. Los compuestos contenidos, tanto en sus flores como en su cáliz, lo hacen interesante para nuestra salud a la par que sabroso.
- Ayuda a reducir la tensión arterial. Trabaja favoreciendo la relajación, lo que lleva a bajar la presión sanguínea gracias a sus flavonoides
- Este mismo efecto relajante la hace una planta interesante para ayudar en situaciones de estrés y problemas para dormir
- Función antioxidante. Gracias a su contenido en fitosteroles y vitamina C, el hibisco ayuda a proteger nuestras células del estrés oxidativo
- Ayuda a la eliminación de líquidos. Su efecto diurético favorece la eliminación de líquidos y toxinas. En este aspecto podría ser de ayuda también en la pérdida de peso
- Es un gran aliado de nuestras digestiones. Tanto a nivel de estómago como a nivel intestinal. El hibisco es antiespasmódico, sus mucílagos ayudan a suavizar el tránsito intestinal a la vez que combaten el estreñimiento. Puede ser de ayuda para combatir la acidez y estimula la función hepática, lo que contribuye a la digestión de las grasas
Como puedes ver, las ventajas del hibisco para con nuestra salud son numerosas. Incluir hibisco, ya sea en forma de infusión, en tinturas, extractos o consumiendo sus pétalos tiernos, será todo un acierto.