Los beneficios de la actividad física

¿Cuántas veces habrás oído hablar de lo bien que sienta realizar actividad física? Aunque sabes que es así, muchos no acaban de decidirse a empezar. Pues bien. Hoy vamos a explicarte todo lo bueno que tiene moverse. Porque, aunque te canses y sudes, y pese al avance de la ciencia médica, mantenerse físicamente activo es una de las mejores terapias para vivir unos cuantos años más y ser más feliz. Sí, sí, como lo lees. Ser más feliz. A ver si así te acabas de motivar.

Mucho más que quemar grasa

Vivimos en una sociedad donde a la apariencia física le damos una enorme importancia. Por tanto, para muchos, el componente estético es una de las mayores motivaciones para empezar a hacer deporte.

En el momento que se inicia una disciplina deportiva nuestro cuerpo empieza a sufrir una serie de cambios físicos que, si somos constantes, no tardaremos en apreciar. Y en apreciarlo los demás, claro.

Por supuesto, estos cambios van a suponer también una gran satisfacción personal.

Ir al gimnasio 1 vez por semana ya es más que no hacer nada. El cambio empieza por implantar una rutina, aunque sea poco a poco. Pero con la implantación del deporte en nuestras vidas se activan una serie de mecanismos corporales y obtenemos unos beneficios que van mucho más allá de la pérdida de grasa corporal y del beneficio que supone para nuestra vanidad.

Beneficios físicos

Esta era fácil.

Si haces las cosas correctamente, puedes obtener unos beneficios físicos destacables.

  • Pérdida de grasa

Las reservas energéticas corporales son las grasas. Si no realizas actividad física y aportas más energía de la que necesitas, tu cuerpo, que es muy ahorrador, no va a malgastar este exceso. La va a almacenar en forma de grasa corporal. Por si acaso viniera una época de hambruna.

Evidentemente, si quieres empezar a gastar tus reservas de grasa debes aplicar cambios también en la alimentación.Afortunadamente, las épocas de hambruna no van a llegar. Al menos, por el momento. Pero esto tu cuerpo no lo sabe, así que él sigue ahorrando y ahorrando. Día tras día, año tras año… Hasta que llega el día que te decides y te calzas las deportivas.

Moverse supone aumentar el gasto energético. Y la balanza, antes inclinada por el peso de la energía aportada, empieza a cambiar su inercia hacia la que es gastada.

  • Ganancia de masa muscular

Exigirle un trabajo al cuerpo supone una serie de adaptaciones. Y si lo que le estás exigiendo es un trabajo físico, lo que necesita es construir músculo para poder realizarlo.

Mantener la masa muscular supone un gasto extra para el cuerpo. Por decirlo de alguna manera, es caro. El trabajo muscular activará tu metabolismo y movilizará reservas energéticas.

Dependiendo del tipo de deporte que practiques habrá más o menos ganancia muscular. Lo que sí ocurrirá, al menos al principio, es una mejora del tono y la fuerza muscular.

En el adulto mayor la pérdida de masa muscular forma parte del mismo proceso de envejecimiento. Un trabajo muscular específico y de cierta intensidad contribuye a frenar esta pérdida.

Beneficios fisiológicos

  • Sistema cardiovascular

Los sistemas cardíaco y circulatorio son los grandes beneficiados de la práctica deportiva. Y más teniendo en cuenta que la enfermedad cardiovascular es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial. De hecho, podemos decir que las enfermedades derivadas del sedentarismo, entre las que se incluyen los eventos cardiovasculares, se encuentran entre los primeros puestos como causas de muerte prematura.

El cuerpo humano está hecho para moverse. No es de extrañar que en cuanto incluyes actividad física en tu vida, las mejoras no tardan en llegar. La presión o tensión arterial (TA) se reduce, llegando a poder normalizarse, con la práctica deportiva. Especialmente la diastólica (período de relajación tras la contracción). No en vano, tanto la OMS como la Sociedad Internacional de HTA recomiendan la actividad física como una práctica no farmacológica destinada a disminuir la TA.

Paralelamente, el corazón mejora su fuerza de contracción, por lo que aumenta su efectividad de bombeo. También las venas y arterias ganan elasticidad, mejora el metabolismo lipídico y la frecuencia cardíaca en reposo disminuye.

  • Sistema osteoarticular

Al igual que sucede con la masa muscular, la práctica deportiva obliga también a los huesos a ganar densidad para así poder "soportar" el trabajo al que estás sometiendo a tu cuerpo.

Independientemente al aporte de calcio y vitamina D, practicar ejercicio de forma habitual no solo previene la aparición de osteoporosis, también ayuda a combatirla.

Las articulaciones se ven asimismo recompensadas. Ligamentos y tendones se fortalecen, aumentando su resistencia y elasticidad.

  • Sistema respiratorio

Vas viendo como en general tu cuerpo se va volviendo más eficiente, y el sistema respiratorio no será menos. Y todo gracias a las adaptaciones fisiológicas que deben producirse.

En el caso del sistema pulmonar, el aumento de la oxigenación provoca que se formen nuevos capilares y aumente el funcionamiento alveolar. Tus pulmones son capaces de mover más cantidad de aire en cada respiración y hacerlo a más velocidad, lo que facilita el intercambio de gases.

Beneficios digestivos

Uno de los grandes problemas del sedentarismo son los trastornos digestivos. Si a esto añadimos unos malos hábitos alimentarios, la situación, sin duda, se agrava.

El movimiento ayuda a mejorar la motilidad intestinal (el avance del contenido a través de los intestinos), lo que previene o combate el estreñimiento.

Los cambios y mejoras que el deporte aporta a nivel psíquico se reflejan en las digestiones ya que muchas veces situaciones como el estrés influyen negativamente sobre el proceso digestivo.

Por ejemplo, las digestiones a nivel gástrico mejoran considerablemente. Los gases, muchas veces asociados a factores estresantes, también disminuyen e incluso desaparecen. Eso sí, hay que respetar los tiempos para que el ejercicio no interfiera en la digestión, y viceversa.

Además, la práctica deportiva conlleva en la mayoría de casos cambios en los hábitos alimenticios para mejor, lo que ya supone en sí un beneficio digestivo.

Beneficios psicológicos

Son tantos los beneficios que cualquier edad es buena para iniciarse en el deporte. Los beneficios psicológicos, cognitivos y emocionales derivados de la práctica deportiva son tantos que bien merecerían un post para que escribiéramos sobre ello en exclusiva (nos lo apuntamos y queda en la recámara para más adelante).

Te dejo aquí 4 datos:

  • Equilibrio psíquico y emocional

Hacer deporte reduce los niveles de ansiedad, disminuye el estrés, mejora tu autoestima y bienestar emocional y es una muy buena herramienta para ayudar a combatir la depresión de carácter moderado.

Con la práctica deportiva se segregan endorfinas (llamada también hormona de la felicidad) y se producen cambios químicos a nivel cerebral. Todo ello supone en muchos casos un auténtico y poderoso cóctel que podrían llegar a suplir muchos fármacos.

  • Voluntad y compromiso

La capacidad de compromiso, la voluntad y muchas veces el sacrificio que requiere la práctica deportiva influirá sobre otros aspectos de tu vida.

  • Autoestima

Está más que demostrado que el deporte es un recurso ideal para mejorar la autoestima, el concepto y la imagen que se tiene de uno mismo. En muchas comunidades y asociaciones se utiliza el deporte para trabajar y mejorar este aspecto tan básico y que condiciona tanto nuestro comportamiento y relación con los demás.

  • Mejor descanso

Al bajar el nivel de ansiedad y estrés, conseguirás evadirte de las preocupaciones y los problemas con mayor eficacia y podrás descansar mejor. Además, estás más cansado físicamente, por lo que conseguirás un descanso más profundo y duradero.

¿Qué tipo de actividad física practicar?

Si ya te has decidido a adentrarte en el mundo de la actividad física, lo primero que debes tener en cuenta es averiguar qué te gusta.

Quizá eres de los de deportes de equipo. O quizá prefieres un deporte individual. A lo mejor lo tuyo es "tocar hierro" y un gimnasio lleno de máquinas se convierte en la mejor opción. O eres de los que necesita estar en contacto con la naturaleza. O te encanta la música y eres incapaz de moverte sin ella…

Opciones hay muchas y si al principio no te decides, ante todo tranquilidad, no pasa nada con ir picoteando como una abeja, de flor en flor.

Es importante también ser consciente de tus limitaciones o valorar tus posibilidades. Está claro que si tienes algún problema de movilidad o de salud, puede que debas empezar por algo ligero y poco agresivo. Lo mismo te digo si nunca has hecho deporte o hace mucho tiempo que no practicas ¡Tampoco es cuestión de lesionarse el primer día!

La mejor recomendación que podemos hacerte cuando te decidas a empezar con la actividad física es buscar un profesional que te asesore y te de las herramientas necesarias para un inicio seguro y sin contratiempos.

Hace unos meses escribimos un post en el que mencionábamos las vacaciones de verano como un buen momento para aplicar cambios en nuestras vidas. Entonces también hacíamos hincapié en el deporte e indicábamos la importancia de pasarlo bien.

Y volvemos a hacerlo: es importantísimo disfrutar con la actividad física que hayas escogido.

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