Diabetes tipo 2, cifras nada halagüeñas
La diabetes tipo 2 (DM2) afecta a más de 5 millones de personas en España, una cifra que aumenta año tras año. A esto hay que sumarle otra cifra similar de personas con pre diabetes (intolerancia a la glucosa o alteración de la glucosa basal).
Lo alarmante de todo esto es que, lo que tradicionalmente se consideraba una enfermedad de la edad adulta, más allá de los 50 años, adolescentes y niños más pequeños ya están siendo diagnosticados de DM2.
Con la diabetes y la obesidad ya tenemos 2 de los 3 factores que se necesitan para presentar síndrome metabólico.
La diabetes tiene una estrecha relación con la obesidad. No es de extrañar que paralelamente al aumento de las tasas de obesidad, las de diabetes también aumenten. Especialmente en la población infantil, donde España se mantiene desde hace un tiempo en los primeros puestos. Lamentablemente.
El cromo
El cromo es un oligoelemento esencial. Básicamente, este mineral contribuye al metabolismo normal de los macronutrientes (lípidos, proteínas y carbohidratos) y al mantenimiento normal de los niveles de glucosa en sangre.
Estas dos características son las que la EFSA ha aprobado como alegaciones de salud para el cromo.
El cromo se encuentra en los alimentos en forma de Cr3+, o lo que es lo mismo, cromo trivalente. Esta forma química del cromo hace que sea biodisponible.
Aunque el mecanismo de acción no se conoce aún con precisión, y centrándonos en el tema que nos ocupa, parece ser que el cromo trabaja como cofactor de la cromodulina, un oligopéptido que se liberaría estimulada por una situación de hiperglucemia, es decir, con el aumento de glucosa en sangre. El cromo se une a la cromodulina y este complejo (cromo – cromodulina) ejerce su función estimulado a la vez por la secreción de insulina (que también es secretada cuando aumentan los niveles de glucosa en sangre), aumentando los efectos de la hormona (de la insulina).
Para que nos entendamos, la insulina potencia su acción gracias al cromo - cromodulina.
Diabetes y cromo
Los factores que inducen a la aparición de diabetes tipo 2 son diversos (hábitos alimentarios, sedentarismo, predisposición genética, SOP, diabetes gestacional…).
A esto debemos añadir otro dato no menos importante y es que se ha encontrado que un porcentaje importante de diabéticos presenta deficiencia de cromo. Sobre un 13%.
Si, como hemos señalado, el cromo aumenta la acción de la insulina, el déficit del mismo puede ser negativo para el correcto funcionamiento de dicha hormona.
El cromo, al formar parte del Factor de Tolerancia a la Glucosa (GTF), es indispensable procurar que los niveles se mantengan dentro de la normalidad.
Necesidades de cromo, carencias e interacciones
La cantidad de cromo corporal disminuye con la edad.
Las cantidades diarias recomendadas de este mineral para el adulto sano son de 40 mcg, una cantidad que puede quedar cubierta si se sigue una alimentación correcta.
Al igual que sucede con el hierro, la vitamina C también mejora la asimilación de cromo.
Por el contrario, un elevado consumo de azúcares simples aumentan la excreción de cromo a través de la orina. Otro dato en relación con los hábitos alimentarios y la resistencia a la insulina.
Fuentes de cromo
El cromo no se encuentra en grandes cantidades en los alimentos.
Los cereales integrales, hortalizas, yema de huevo y levadura de cerveza es donde más cromo podemos encontrar.
Suplementar con cromo
El cromo trivalente es como encontramos el cromo en los alimentos, pero en forma de picolinato (cromo trivalente + ácido polínico) presenta una mejor absorción. Motivo por el cual la suplementación la solemos encontrar así.
Todo y que durante muchos años el picolinato de cromo se ha suplementado en dietas de control de peso, esto es debido a la misma acción de este elemento traza sobre la insulina, mejorando su eficacia, lo que ha dado como resultado un mejor metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas.
Hasta el momento, la suplementación con cromo estaría más orientada al beneficio que presenta sobre la glucemia, lo que llevaría a poder reducir las dosis de consumo de antidiabéticos en diabetes tipo 2.
Estaremos atentos a las conclusiones a las que se vayan llegando.
