Si en los cánones de belleza de hace unos siglos tener una piel lo más pálida posible era de lo más "in", durante el siglo XX adquirir un tono de piel bronceado por cuestiones estéticas empezó a ser algo habitual.
Pocos son los que no disfrutan de ver su piel con un ligero tono doradito (o tostadito). Pese a que para conseguirlo debemos ponernos cual lagartos bajo los rayos del sol e ir haciendo el "vuelta y vuelta", ahora el lomo, ahora la pechuga, para que el color acabe lo más uniformemente repartido.
También hay quien exponerse al sol le supone un verdadero suplicio y prefiere mantener su pálida piel antes que someterse a semejante tortura ultravioleta e infrarroja. Además, la exposición solar excesiva supone un estrés extra sobre las células cutáneas que deben luchar contra los radicales libres y en consecuencia contra el proceso de envejecimiento de la piel que se ve acelerado. A parte de otros riesgos a los que te expones.
Mientras unos empiezan a frecuentar playas y otras zonas habilitadas para tomar baños de sol, otros pueden optar por alternativas menos agresivas con la piel: el uso de autobronceadores.
¿Cómo trabaja un autobronceador?
Existen diferentes tipos de autobronceadores. Los hay que duran más y los hay que se eliminan tras enjabonarse la piel. Se podría decir que estos últimos son como un maquillaje.
Los autobronceadores permanentes, o los que duran más tiempo, están compuestos de una sustancia llamada dihidroxiacetona, abreviado DHA. Este componente es un tipo de carbohidrato simple que puede obtenerse de forma natural a partir de algunas plantas donde se destacan la caña de azúcar y la remolacha. Aunque también puede ser de síntesis de laboratorio.
La reacción de la piel con el DHA es parecida a la Reacción de Maillard.La DHA actúa en las capas más superficiales de la piel, la capa córnea rica en queratina (proteínas). La DHA hace reaccionar los aminoácidos contenidos en estas proteínas, que adquieren tonalidades marrones (del amarillo al marrón) formando pigmentos llamados melanoidinas que se asemejan a un bronceado.
Al no tratarse ni de un tinte ni de un maquillaje, la DHA no mancha la ropa. Tampoco presenta ningún efecto tóxico sobre la piel y su acción dura hasta 10 días. Tiempo en el que el color irá desapareciendo gradualmente.
Las presentaciones que podemos encontrar en el mercado son diversas. En espray, en crema, en loción, en espuma... se trata de escoger la que mejor se adecue a ti.
¿Qué debes tener en cuenta antes de aplicarte un autobronceador?
A la hora de escoger uno u otro, debes tener claro cual es el objetivo. ¿Lo quieres para algo puntual? ¿Buscas algo más duradero?
Ante la primera opción quizá lo mejor sería centrarte en uno que puedas eliminar con el lavado. Si lo que buscas es disfrutar del bronceado por más tiempo, un autobronceador con DHA es la mejor opción.
Una vez tienes claro qué tipo de autobronceador quieres, vayamos a la aplicación.
Con un autobronceador no permanente la cosa es fácil: aplícalo uniformemente y limpia bien las palmas de las manos tras su aplicación.
Con un autobronceador permanente hay que tener en cuenta una serie de puntos si quieres aprovechar al máximo sus capacidades:
- Aplícalo sobre la piel limpia. Si conviene, exfolia las partes más secas de tu piel como codos, talones y rodillas previamente
- No apliques ninguna crema de base. No utilices hidratantes antes de aplicar el autobronceador
- Si tienes que depilarte, no lo hagas justo antes de aplicar el autobronceador. Tu piel puede estar irritada y no reaccionar bien
- Al igual que el autobronceador que puedes eliminar con el lavado, aplica este de manera uniforme, evitando acumulaciones de producto
- Reparte el producto de abajo hacia arriba. Es decir, empezando por los pies
- Controla esas partes en las que no nos "interesa" que se vean excesivamente bronceadas, como las palmas de las manos, las plantas de los pies, el espacio entre los dedos y los rincones de las uñas. Lavar con cuidado estas zonas para eliminar restos. Otra opción es utilizar guantes
- No te apliques el autobronceador después de estar en el agua (ducha, piscina, playa…). La capa externa de la piel, tras estar un rato mojada está un poco hinchada y puede repartirse de forma irregular el producto
- A diferencia que los autobronceadores no permanentes, el color en estos no aparece de forma inmediata. Hay que esperar entre 30 y 45 minutos. Adquiriéndose el tono definitivo a las 2 horas tras su aplicación. Es por eso que antes de aplicar una segunda capa de autobronceador, le des tiempo a tu cuerpo a que reaccione
- No te duches justo después de ponerte el producto. Dale tiempo a que se absorba. Espera al menos 8 horas para meterte en la ducha
- Aunque exfoliar la piel cuando se lleva autobronceador acelera la pérdida de color, hay quien recomienda hacer una un par de días tras la aplicación. De esta manera se consigue un tono más natural y uniforme.
- Si lo que buscas es un color duradero tienes que renovar la aplicación del autobronceador cada 3-5 días. El ritmo en que tu cuerpo renueva las células de la piel determinará la frecuencia con la que debas aplicarte el producto
Así que, si no tienes tiempo o no te apetece tostarte bajo el sol, prueba con un autobronceador. El resultado te sorprenderá.
