Últimamente parece que hemos entrado de nuevo en una creciente preocupación por el medio ambiente. Si hace unos años, la deforestación o los gases de efecto invernadero captaron la atención de la ciudadanía, esta vez son los plásticos y los efectos que están provocando en ríos y mares de todo el planeta y en sus ecosistemas.
Cuando oímos hablar de plásticos, muchos pensamos en envases: la botella de agua que compras cada día antes de entrar al gimnasio o las bolsas que te dan venden en el supermercado. Pero hay otros plásticos que pasan más inadvertidos, los invisibles o casi invisibles a nuestros ojos: los microplásticos.
A falta de un acuerdo sobre su tamaño, a día de hoy se considera como tal todo el material plástico de 0,5 mm o menos.
Aunque sean más difícil de ver, podemos ser más conscientes de su existencia, como son los que se lanzan directamente al medio o los que se generan de la degradación de grandes plásticos. Pero existen otros que pasan más desapercibidos o, no "caemos" en la cuenta que también generan microplásticos.
Estamos hablando de la ropa sintética o que contengan fibras sintéticas.
La ropa tiene una vida más o menos larga y le podemos dar otros usos pero, al lavarla, libera microplásticos que en su mayoría acaban en el mar debido a que los sistemas de depuración de aguas no son capaces de eliminarlos.
Las bolsas de té
Dentro de esta gama de productos (las fibras sintéticas) se encuentran las bolsitas de té.
Mayormente las bolsitas unidosis de té y otras hierbas para infusión están hechas con fibras, entre las que se pueden encontrar también fibras sintéticas en mayor o menor proporción. Estas fibras se añaden para mejorar la integridad del tejido cuando se sumergen en agua caliente. Uno de los problemas que se derivan es que dichas fibras (microplásticos) son liberadas al agua cuando entran en contacto con el líquido, cosa que lleva a que las ingiramos cuando nos bebemos la infusión.
Uno de los grandes peligros del plástico no es solo su presencia y difícil destrucción, si no que este entra en la cadena trófica al ser ingerido por los seres vivos.
Otro problema que representan las bolsas para infusión de un solo uso es el mismo que todo envase de usar y tirar, el impacto que ejerce para el medio ambiente.
Lo ideal es optar por adquirir las hierbas en envases grandes o a granel y preparar nuestras infusiones con filtros reutilizables que no generen microplásticos.
Los microplásticos están por todas partes
Aunque lo más estudiado sobre la presencia de plásticos y microplásticos parece centrarse en los océanos, otros entornos como los ríos, el aire de nuestras casas e incluso los alimentos contienen también partículas de plástico.
Y ya no solo se habla de microplásticos, partículas mucho más pequeñas llamadas nanoplásticos serían capaces de traspasar la barrera intestinal y llegar hasta los órganos. Aunque, por el momento, ni se sabe si esto es posible ni si tiene o tendría consecuencias sobre la salud.
Lo que está claro es que es importante que empecemos a reducir el uso de los plásticos si queremos proteger la salud de nuestro planeta que, en definitiva, es también la nuestra.
