Diferencias entre alergia e intolerancia alimentaria

Son términos que muchas veces se confunden ya que en ocasiones los síntomas pueden ser parecidos. Lo que sí tenemos claro es que se sufra una alergia o una intolerancia, el cuerpo reacciona negativamente.

Alergia alimentaria

En una alergia está implicado nuestro sistema inmunitario. El sistema inmunitario está programado para luchar contra organismos invasores, gérmenes, virus defendiendo la integridad de nuestro cuerpo. En una alergia, nuestros "guerreros" detectan, en este caso a un alimento, o más concretamente un componente del alimento, como si fuera un enemigo dando como resultado una respuesta desmedida donde liberan histaminas y otras sustancias inflamatorias.

Los mecanismos de respuesta se agrupan en 2: alergia alimentaria mediada por anticuerpos IgE (inmunoglobulina E) y alergia alimentaria no mediada por IgE. La primera es la más conocida por ser la más estudiada y se produce cuando nuestro sistema de defensas crea anticuerpos (inmunoglobulina E) en exceso para luchar contra la sustancia “enemiga” o alérgeno. En este grupo se encuentran las respuestas del cuerpo más inmediatas y graves. La alergia no IgE es más difícil de detectar y los síntomas pueden aparecer desde varias horas a días tras la ingesta del alimento y el sistema digestivo se ve más implicado.

Las alergias son una reacción inmunitaria hacia una sustancia que es inofensiva para la mayoría.Seguramente sorprenderá saber que, en términos mundiales, las alergias alimentarias afectan tan solo al 3% de la población adulta. No es mucho, si tenemos en cuenta lo que se llega a hablar de ellas, cosa que hace suponer que en la mayoría de casos no se está ante una alergia alimentaria.

La alergia se desencadena mediante una serie de síntomas o reacciones que pueden ser leves, moderadas o severas, hasta fatales, como es el caso de una anafilaxia.

Los alimentos pueden causar alergia por tres vías: si se ingieren, si están en contacto con la piel o por las vías respiratorias.  

  • Ingesta: lo habitual es que de síntomas en la cavidad bucal, la garganta, labios, ojos o toda la cara con inflamación y picor, ya que muchos componentes causantes de alergia son de carácter proteico sensible al aumento de temperatura y a las secreciones gástricas. Pero si no es el caso, si el causante de la alergia es resistente a las enzimas digestivas y al calor, superará la barrera gástrica y la alergia se manifiesta con afecciones en el aparato digestivo con dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarreas.
  • Piel: en este caso el cuerpo reaccionará con salpullidos, urticarias o dermatitis. Uno de los alimentos más conocidos que causan reacciones sobre la piel son los melocotones. Y no por los “pelillos”, si no por las proteínas presentes en la superficie de la fruta.
  • Vías respiratorias: las manifestaciones alérgicas en este aspecto son desde ligeros goteos nasales, pasando por rinitis hasta presentar cuadros asmáticos.

¿Cuáles son los alimentos causantes de alergia?

  • Frutos secos: con las avellanas encabezando la lista, el resto de frutos secos de consumo habitual como las nueces y las almendras son también culpables de provocar reacciones alérgicas.
  • Pescado y marisco: la alergia  los productos del mar supone hasta el 14% de las alergias alimentarias de las personas adultas. Pescado y marisco también provocan alergia por inhalación, por lo que la persona alérgica deberá no solo evitar la ingesta de estos productos, también inhalar sus vapores sobre todo durante la cocción.
  • Frutas y verduras: frutas y verduras, son las responsables de la mayoría de las alergias alimentarias, sobre el 40% si se suman ambas (30-33% frutas, 7-10% verduras). Entre las frutas, las de la familia de las rosáceas encabezan el ranquin. Familia a la que pertenece el melocotón, el albaricoque, la manzana, la fresa o la ciruela, entre otras. Y entre las verduras, pimientos, tomates (aunque es una fruta), apio, berenjenas, col, lechuga y zanahorias.
  • Legumbres: los cacahuetes (sí, el cacahuete es una legumbre) y la soja son las legumbres que mayores episodios alérgicos provoca, sobre todo el primero, donde la reacción es tan violenta entre la mitad de los alérgicos a los cacahuetes que puede llegar a ser mortal. Aunque el resto (garbanzos, lentejas, habas…) también se incluyen en la lista. Más frecuente en la etapa infantil que en la adulta y más común en países donde culturalmente se consumen más legumbres.
  • Leche: muchos lo confunden con la intolerancia a la lactosa, llegando a cambiarle el nombre por "alergia a la lactosa". Nada más lejos de la realidad. La alergia es típica de la infancia, donde se manifiesta durante el primer año de vida y suele desaparecer a los 3 años. Es muy extraño que esta alergia se mantenga en la edad adulta. Aunque pueden darse casos. La alergia a la leche es en realidad alergia a la proteína de leche de vaca, muy diferente, como hemos indicado, a la intolerancia a la lactosa. Las manifestaciones a esta alergia son tanto afecciones cutáneas (la mayoría) como digestivas.
  • Huevos: más habitual durante la infancia y tan solo el 1% de las alergias alimentarias en la edad adulta.
  • Cereales: poco frecuente. Quizá la que menos, y está muy relacionada con las proteínas del trigo. Y no es una celiaquía. 

Pruebas diagnósticas

Si se tiene la sospecha de presentar algún tipo de alergia, lo mejor es acudir al médico y exponerle el caso. Éste determinará si se debe derivar el caso al alergólogo para realizar las pruebas pertinentes.  

De entrada se realizará una historia clínica detallada, antecedentes familiares, hábitos, síntomas…

El llamado Prick-test, es el test cutáneo en el que se aplican sustancias sobre la piel susceptibles de provocar alergias.

También se puede realizar análisis de sangre donde se mide la IgE específica en suero.

Y en última instancia, si se desea acabar de confirmar o descartar un alérgeno, existe el test de provocación. Son pruebas controladas donde el posible alimento alérgeno se suministra junto con otros alimentos. Es decir, el paciente recibe el posible alérgeno de forma enmascarada sin saber si se lo está tomando o no.   

Tratamiento

En la actualidad el único tratamiento existente para una alergia alimentaria es evitar el alimento o alimentos que la provocan (ingesta o contacto). Del mismo modo, los utensilios que se utilizan para manipular dichos alimentos también deben estar libres de posibles "contaminaciones".

En la actualidad se está investigando en vacunas, inmunomoduladores e incluso en bacterias probióticas, para intentar reducir la incidencia a las alergias alimentarias, cada vez en aumento.

Intolerancia alimentaria

No hay que confundir alergia al trigo con celiaquía, ni alergia a la leche con intolerancia a la lactosa.En una intolerancia alimentaria no existe respuesta de nuestro sistema inmune. Por lo general las manifestaciones de una intolerancia suelen ser de carácter digestivo.

Una intolerancia puede ser por causa metabólica, donde existe déficit de enzimas involucradas en el metabolismo de un alimento o sustancia. Por causa farmacológica, donde la presencia de aminas vasoactivas o metilxantinas presentes en algunos alimentos desencadenan reacciones clínicas gastrointestinales y neurálgicas. Y por causas indeterminadas, donde existe reacción frente a algunos aditivos.

Existen 3 intolerancias que dominan el “panorama de las intolerancias”: Intolerancia a la lactosa, intolerancia al gluten o celiaquía, intolerancia a la fructosa. Aunque existen otras como sensibilidad al gluten no celíaca, intolerancia a la sacarosa, intolerancia a la galactosa, intolerancia a la trealosa, intolerancia al sorbitol, histaminosis o hipersensibilidad a los sulfitos.

Una de cada

  • Intolerancia a la lactosa (causa metabólica): existe déficit parcial o total de la enzima lactasa, responsable de metabolizar la lactosa, un azúcar presente en los productos lácteos y muy utilizado en la industria alimentaria. A diferencia que otras intolerancias, en la lactosa puede existir cierta tolerancia y encontrar individuos que no pueden tomar absolutamente nada que contenga el azúcar de la leche y otros que pueden consumir, por ejemplo, algún yogur. Afortunadamente y también a diferencia de otras intolerancias, un intolerante puede llegar a consumir productos lácteos si ingiere previamente la enzima lactasa, que actualmente es fácil de adquirir.

Si quieres saber más sobre la intolerancia a la lactosa te recomendamos la lectura de la entrevista que realizamos hace unos meses al presidente de la ADILAC (asociación de intolerantes a la lactosa).

  • Histaminosis (causa farmacológica): se produce cuando existe acumulación de histamina en el cuerpo. Esto puede ser ocasionado por 3 razones: 1. consumo de alimentos con un contenido elevado de histaminas como el queso, el vino o el embutido. 2. Imposibilidad de eliminar la histamina ya sea por causas genéticas, patológicas o por inhibición farmacológica. 3. Por una reacción alérgica.

El exceso de histamina provoca, entre otros síntomas, migrañas, hinchazón abdominal tras la ingesta de alimentos, diarreas o calambres musculares.

En la histaminosis existe tratamiento farmacológico y, evidentemente, tratamiento dietético, donde la eliminación de alimentos que contengan altas dosis de histamina serán restringidos. Se deberá llevar una dieta baja en histaminas.

  • Hipersensibilidad a los sulfitos (causa indeterminada): los sulfitos son sales inorgánicas que se emplean en la industria alimentaria por tener capacidad antioxidante, antiséptica, blanquean alimentos y modifican la textura. La utilización de sulfitos está regulada y un contenido superior a 10 ppm debe estar indicado en el etiquetado, así como el tipo de sulfito que se ha utilizado. Los sulfitos van desde el E220 al E228.

No existen datos sobre la prevalencia de intolerancias alimentarias, más que nada porque varían mucho entre grupos de población. Por ejemplo, en la intolerancia a la lactosa podemos encontrar un gran número de afectados entre la población asiática, donde culturalmente la leche no ha sido nunca un alimento base. Al contrario que la población centroeuropea, donde ha estado siempre presente en la dieta.

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