Ser vegano. Mucho más que dejar de comer animales

Ser vegano es una filosofía de vida marcada por el respeto absoluto hacia los animales. Para quien ha seguido una alimentación omnívora durante años, hacerse vegano supone un gran cambio. Los motivos éticos son los grandes detonantes de este cambio. Pero no debemos olvidar que llevar una dieta vegana requiere una serie de atenciones si se quiere hacer de forma saludable.

¿Qué es ser vegano?

Al contrario de lo que pueda parecer, muchas personas no saben todavía qué es seguir una alimentación vegana. Se tiene un poco más de idea si se habla de alimentación vegetariana, aun así, recordemos que dentro de la palabra vegetariano existen matices.

En una dieta vegetariana se engloban todas las tendencias en las que no se requiera la muerte del animal para alimentarse. Sí que puede seguirse una alimentación vegetariana y que se consuman otros alimentos animales como huevos, lácteos y miel, pero siempre sin sacrificio.

Se consuma uno, varios o ninguno de estos alimentos, los distinguiremos de la siguiente manera:

  • Ovolactovegetariano: con consumo de huevos, lácteos y miel
  • Ovovegetariano: con consumo de huevos y miel, pero no de lácteos
  • Lactovegetariano: con consumo de lácteos y miel, pero no de huevos
  • Apivegetariano: con consumo de miel, pero no de huevos ni lácteos
  • Vegano: sin consumo de lácteos, huevos ni miel

A un vegano a menudo se lo nombra también como vegetariano estricto. Los alimentos son, porOtras opciones veganas: Crudivegano (no se utiliza cocción por encima de 46,7oC), Frugívoro (consumo únicamente de frutas y frutos), Macrobiótica (alimentos Yin o Yang). tanto, exclusivamente de origen vegetal.

Como muchos de los que siguen este estilo de vida indican, ser vegetariano es una opción y un acto de responsabilidad. Más allá del simple hecho de dejar de comer animales, un vegano ni come ni consume productos de origen animal de ningún tipo en todos los ámbitos de su vida. Es decir, un vegano no viste, ni utiliza cosméticos, ni limpia, ni se asea con productos que hayan supuesto el sacrificio o sufrimiento de algún animal para poder fabricarlos.

Vegano y entorno

Cuando se habla de cómo influye en la vida de una persona tomar la decisión de vivir de forma vegana, quiere decir que todo lo que lo rodea se basará en el respeto hacia la vida de los animales. Esto supondrá, en la mayoría de casos, dejar de ir a comprar al supermercado de la esquina, y buscar y familiarizarse con marcas y productos en muchos casos difíciles de encontrar.

¿En qué ámbitos debe prestar atención un vegano?

Pues, prácticamente en todos, si se quiere hacer de la forma correcta:

  • Alimentación: como hemos señalado, no solo dejando de comer carne, pescado, huevos, lácteos y miel. También descartando todo producto procesado que pueda contener en su lista de ingredientes algún derivado animal. Por ejemplo, grasas animales, sueros lácteos, gelatinas…, o donde estén presentes en forma de aditivos (algunos conservantes, colorantes y estabilizantes)
  • Vestuario y ropa de casa: lo primero que nos viene a la cabeza cuando se relaciona veganismo y prendas de vestir son las pieles. Pero no solo de pieles nos vestimos. La seda, la lana y las plumas también forman parte de nuestro armario y de mucha ropa de casa. Un vegano buscará opciones vegetales como el algodón o el lino.
  • Higiene personal e higiene del hogar: un vegano debe tener en cuenta que los productos higiénicos y los cosméticos no hayan estado testados con animales y no contengan ceras o grasas de origen animal entre sus ingredientes. Muchas marcas ya ponen en sus envases sellos en los que se indica que no han sido testados con animales
  • Complementos y fármacos: los recubrimientos de muchos de estos productos tienen una base gelatinosa de origen animal. Hay que valorar en este caso el riesgo-beneficio antes de descartar el uso. En ocasiones existen también alternativas adaptadas para quien sigue una dieta vegana. A esto hay que añadir, como en el punto anterior, la experimentación con animales. Afortunadamente, se empiezan a implantar nuevas tecnologías que pueden liberar a muchos animales de ser utilizados en laboratorios
  • Ocio: ya sea en circos, zoos, fiestas populares y otros recintos donde se utiliza al animal como espectáculo. Todas estas ofertas de ocio son zonas a evitar para todo amante de los animales

Como vemos, estamos rodeados de animales que están siendo utilizados y que han dado (o, mejor dicho, les han arrebatado) su vida para mejorar o facilitar la nuestra. Por tanto, no es una tarea fácil liberar nuestro entorno de sufrimiento animal.

También el medio ambiente

En los países industrializados existe un elevado consumo de proteínas animales, especialmente carne. Las consecuencias de la producción masiva de carne y leche para el consumo humano y los efectos sobre el medio ambiente están más que contabilizados.

Según un informe presentado en el año 2006 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los problemas medioambientales tienen al ganado como uno de sus principales responsables. Dicho informe indica que los gases de efecto invernadero generados por el sector ganadero superan a los del transporte, ya sea por las emisiones de dióxido de carbono (CO2), de óxido nitroso (N2O) o de metano (CH4). A esto se suman los recursos naturales que se necesitan, ya que a estos animales hay que alimentarlos e hidratarlos. Las áreas de pastoreo, el terreno destinado a producir forraje para su alimentación y los recursos hídricos suponen un gran coste medioambiental. Un problema que se duplicará en durante los próximos 35 años si seguimos a este ritmo, según se estima en el informe.

Informes como este son con los que se intenta concienciar a la población de la ventaja que supondría para el planeta dejar o al menos reducir el consumo de animales y sus productos derivados.

Una cuestión ética

Como ya se ha ido viendo en lo que llevamos de artículo, ser vegano va más relacionado con una filosofía de vida, una cuestión ética o moral que no por un tema de salud. Que también. Y es que, quizá es lo que puede ayudar en nuestra decisión, si es que se está madurando la idea de cambiar la dieta. Y también es lo que ayuda a mantener este cambio a lo largo de los años: el saber que no hay que matar un animal para poder alimentarse, vestirse o limpiar.

Existen otros más motivos: religión, cultura, disponibilidad alimentaria, preferencias personales (aversión a la carne). Todos igualmente loables. Pero, en lo que se refiere a "cambiar", estadísticamente, las motivaciones éticas ganan la batalla.

 ¿Un vegano, está más sano?

A todo esto, existe la creencia que una persona vegetariana goza de un mejor estado de salud que una que no lo es. De hecho, varios estudios señalan que seguir una dieta vegetariana disminuye la incidencia de muertes por enfermedades cardiocirculatorias y cáncer. Pero existen otros tantos que no encuentran diferencias entre los dos tipos de alimentación.

Si bien es cierto que una alimentación vegana se centra de forma exclusiva en el consumo de alimentos de origen vegetal, ésta puede ser también totalmente desequilibrada. Así que, un vegano no necesariamente está más sano que un omnívoro ni menos expuesto a problemas de salud como los nombrados antes.

Si no se quiere hacer un auténtico desastre, inicialmente hay que pensar que se está eliminando de la dieta una cantidad importante de alimentos. Se deberá prestar más atención y ser más conscientes a como se planifica el día a día para no caer en déficit o para no acabar comiendo "porquerías veganas" (que también las hay).

Como nos recuerda la Asociación Americana de Dietética (ADA), las dietas vegetarianas en general y la vegana en particular, "adecuadamente planificadas […] son saludables y nutricionalmente adecuadas". Sin olvidar lo de "adecuadamente planificadas", ya que existen ciertos nutrientes a los que hay que poner especial atención. Y no es la proteína.

Nutrientes a los que prestar atención

Parece ser que lo primero que debería preocupar a un vegano es el correcto aporte de proteínas (ya que no se come carne ¿de dónde se obtienen?). Pues este nutriente, quizá por lo evidente del mismo hecho de dejar de comer productos animales, es el más fácil de adquirir, ya que tanto cereales, como legumbres y frutos secos son una fuente proteica importante. Además, existen propuestas como el tofu o el seitán, la llamada "carne vegetariana", por su alto contenido en proteínas.

Entonces, ¿qué otros nutrientes son los que buscamos?

Aunque casi en su totalidad pueden obtenerse por los alimentos vegetales, algunos nutrientes resultan más difíciles de conseguir por diferentes motivos:

  • Que se encuentren presentes en pocas cantidades
  • Que estén poco distribuidos (presentes en pocos alimentos)
  • Que estén en una forma poco o nada aprovechable por nuestro organismo
  • Que puedan ver dificultada su absorción por la presencia de ciertos compuestos vegetales

El calcio es uno de éstos. Durante años nos han recordado que la única manera de obtener calcio es mediante el consumo de lácteos, si queremos tener unos huesos fuertes. Hoy día está más que superada esta creencia y sabemos que las crucíferas (brócoli, coliflor, col), legumbres, almendras, sésamo triturado y tofu, entre otros, son una gran fuente de calcio. Aunque llegar a los requerimientos de 800-1000mg/día puede requerir la ayuda de alimentos fortificados o el apoyo de suplementos de calcio.

La Vitamina D no está muy distribuida en los alimentos vegetales, además de estar presente en pocas cantidades. La principal fuente de vitamina D natural se encuentra en las setas. La ayuda de alimentos fortificados o los suplementos puede llegar a ser necesario. Aun así, tenemos una gran fábrica de vitamina D totalmente disponible: nuestro cuerpo en contacto con el Sol. Con la exposición de nuestra piel al Sol (cara, brazos, piernas…) unos 10 minutos al día, se sintetiza vitamina D de forma natural.

El hierro, otro de los clásicos. Todo y que existen alimentos con hierro en su composición (frutos secos, legumbres, avena integral), el hierro de origen vegetal está presente en una forma que nuestro organismo no puede absorber correctamente. Es por este motivo que siempre debe estar presente en la dieta de un vegano la vitamina C, que ayuda a que este hierro pueda ser aprovechado.

El yodo es un mineral muy relacionado con los productos del mar. Si ya siguiendo una alimentación omnívora cuesta de aportar lo necesario, en la dieta vegana conviene estar más atentos. Las algas son los principales representantes del mundo vegetal más ricas en yodo. Otros productos cultivados aportarán más o menos yodo en función de la riqueza de este mineral en la tierra. Como alimentos fortificados se encuentra la sal yodada y complementos como las algas con yodo son de consumo habitual.

Entre los ácidos grasos esenciales, el omega 3 está más presente en pescados grasos, por lo que una alimentación exclusivamente vegetal puede llevar a un déficit si no se planifica correctamente. Los alimentos fortificados y complementos nutricionales con omega 3 suelen ser a base de aceites de pescados. Aunque es fácil hoy en día encontrar omega 3 vegetal. Las principales fuentes vegetales de omega 3 son las semillas chía y linaza, las nueces, los aceites de soja y canola.

Se recomienda empezar a suplementarse con B12 desde el mismo momento que se inicia la alimentación vegana.La vitamina B12 se encuentra de forma exclusiva en alimentos de origen animal. Así, de entre todos los nutrientes mencionados, es el único que tiene que acabar suplementándose. Hasta no hace mucho existía la creencia que las algas marinas eran fuente de B12, pero cabe decir que ésta está presente en una forma no activa y nuestro cuerpo no puede aprovecharla. El aporte puede hacerse con alimentos fortificados o mediante suplementación en forma de cianocobalamina.

Para un tratamiento más completo existen multivitamínicos y complementos a base de plantas con múltiples nutrientes que ayudarán a mejorar el estado general y prevenir una posible desnutrición. Este es el caso de la moringa, un complemento con vitaminas, minerales, antioxidantes, aminoácidos y ácidos grasos. Sin duda, una ayuda para nuestra salud.

Hacer el cambio

Pasar de una alimentación omnívora a una libre de productos animales no es tarea fácil. Lo primero que hay que vencer son los mismos hábitos adquiridos durante años. Y más si van asociadas a una carga emocional (esa leche caliente y reconfortante antes de acostarse, barbacoas familiares, las croquetas de mamá...). Lo siguiente, familiarizarse con sabores nuevos. A esto se le suman las dificultades con las que nos podemos encontrar en reuniones sociales, las alternativas a la hora de salir a comer fuera, la lista de la compra, encontrar ciertos productos... En definitiva, hay que documentarse muy bien.

Muchos sugieren que la introducción hacia una vida vegana se haga de forma paulatina. Para que sea menos "traumático", tanto psicológicamente como físicamente (a tener en cuenta los cambios fisiológicos derivados de la ausencia de carne y un aumento de fibra). Informarse bien, probar, investigar, conocerse. Y dedicarle cierto tiempo, ya que la cocina será uno de los grandes aliados para el vegano y donde se pasará más rato que antes. Hay que estar dispuesto a ello.

Comentarios de usuarios

Noelia

2017-01-17

Fantástico! soy vegana desde hace 5 años y me siento mucho mejor que nunca. Es verdad que hay que saber pero se alcanza tanto paz sabiendo que tu huella en el planeta no es de destrucción que anima a seguir con más optimismo.. Gracias por este artículo, aclara muchas cosas a gente que quiere iniciarse en el veganismo, no es fácil, pero luego con unas pautas va sobre ruedas..

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