Los riesgos de disfrutar del sol

La piel es un órgano complejo que no sólo sirve como cubierta de protección frente a diferentes estímulos biológicos, físicos y químicos externos, . En ella acontecen también interacciones celulares y moleculares de gran importancia.

Alteraciones que sufre la piel cuando tomamos el sol

En esta época de calor es cuando la piel sufre cambios relativamente drásticos dependiendo de las costumbres y cuidados de cada persona. Es sabido por todos que tomar el sol de forma inadecuada tiene sus riesgos. Entre otros porque el sol emite ondas electromagnéticas que tienen capacidad de penetrar en los tejidos vivos como la piel y cuando estas ondas penetran, la piel tiene una serie de reacciones que dependen del tipo, color y calidad de piel, altitud, latitud y estación del año en que nos encontremos.

Las radiaciones que llegan a la tierra procedentes del sol tienen una gama que va desde la radiación infrarroja, la luz visible, a la radiación ultravioleta (esta ultima es la de mayor energía y más perjudicial para la piel). La radiación ultravioleta se divide en 3 bandas:

  1. Radiación UV-A: Esta atraviesa la epidermis alcanzando la dermis, en la dermis se producen cambios en las proteínas estructurales y favorece alteraciones cutáneas, es decir el bronceado (principalmente en personas de piel clara), presentan un menor riesgo que los UV-B siempre y cuando se tomen las medidas de protección necesarias para evitar consecuencias como el envejecimiento prematuro. Estos rayos pueden atravesar las nubes, el vidrio y tienen alto poder de penetración en las capas de la piel.
  2. Radiación UV-B: Cuando las proteínas y los ácidos nucleicos presentes en las células de la epidermis, interactuan con los rayos UV-B se da una alteración en el ADN celular, sobre todo cuando se combinan con los UV-A, facilitando la aparición de enfermedades graves como el cáncer de piel. su acción se desarrolla principalmente en la epidermis ya que son menos penetrantes que los UV-A y son altamente reflejantes en la arena y en la nieve. Estos rayos afectan también al sistema inmune.
  3. Radiación UV-C: Esta radiación es absorbida por la capa de ozono, son los mas peligrosos pero no representan mayor riesgo para la salud ya que no alcanzan la superficie terrestre a menos que la atmósfera se encuentre debilitada, el riesgo aumenta en la medida que la capa de ozono es destruida.

Tomar el sol no puede convertirse en un motivo de preocupación siempre y cuando se haga con las precauciones necesarias y sin excesos.Cabe anotar que no todas las pieles requieren los mismos cuidados, ni tienen la misma capacidad de tolerancia al sol.
Tomar el sol, si bien puede provocar daños en la salud de la piel, también es necesario para combatir determinadas afecciones cutáneas, para prevenir enfermedades como el raquitismo y la esclerosis múltiple y es necesario para la asimilación correcta de la vitamina E.

Cuando una persona se expone al sol de manera prolongada y continua, puede presentar síntomas de insolación, no siempre se sufre una insolación por la exposición al sol sin movimiento, como una playa o piscina, se puede presentar en personas que trabajan o realizan actividades al aire libre o bajo el sol y cuando no ha habido una hidratación suficiente. Los síntomas más frecuentes de insolación son los calambres, dolor abdominal, dolor muscular y de las extremidades, agotamiento y sensación de sueño. Estos síntomas se pueden aliviar fácilmente reponiendo líquidos, consumiendo algún alimento con sal y descansando.

Cuando los síntomas anteriores pasan a ser más intensos y se acompañan de vómitos, nauseas, vértigo, dolor de cabeza y fiebre, quiere decir que el estado de insolación es grave y lo más conveniente es acudir al hospital para recibir rehidratación intravenosa y controlar que no se presenten problemas más serios.

Los efectos que puede sufrir una persona cuando se expone al sol de manera crónica suelen ser visibles y fácilmente reconocibles. La piel tiene una apariencia tosca y gruesa, con arrugas marcadas, falta de elasticidad y en algunos casos manchas. Esta afección es conocida como foto-envejecimiento (Dermatoheliósis) y no es maligna. Como mucho representa un problema estético de piel estropeada prematuramente.

Los efectos malignos que pueden derivar de una irresponsable exposición al sol suelen terminar en cáncer de piel en sus dos variantes, el epitelioma y el melanoma.

  • El epitelioma: Es un tipo de tumor maligno, originado en la epidermis o capa superior de la piel y es el más frecuente. Su tratamiento suele dar resultados positivos siempre y cuando se diagnostique en una etapa temprana.
  • El melanoma: Es un tumor maligno que se origina en las células basales es decir las más profundas de la piel. Cuando un melanoma no se trata a tiempo suele dañar tejidos sanos internos ya que crece hacia dentro de la piel.

Protección diaria

Las personas de piel clara son las más sensibles a este tipo de enfermedades. Las de piel morena tienen un porcentaje menor y las de piel negra son contados los casos que se han diagnosticado con algún tipo de cáncer cutáneo. Como la incidencia de estas enfermedades esta directamente relacionada con la exposición al sol y la pigmentación de la piel, lo primero que se debe hacer es tomar conciencia y evitar la exposición excesiva.

El uso de cremas, lociones y geles con filtros que protejan la piel de los rayos son fundamentales y hoy día se recomienda utilizarlos a diario independientemente de la época del año. Para ello existen diferentes niveles de protección que se pueden adaptar al tipo de piel y circunstancias climáticas.

La ropa y los complementos también constituyen un factor de protección a tener en cuenta. Las gafas de sol, los sombreros, prendas que cubran las partes más expuestas como hombros y pecho pueden ayudar a prevenir, sino una enfermedad, por lo menos una insolación o el envejecimiento prematuro de la piel.

En los casos que se padezca una insolación o una alteración pasajera de la piel por una exposición no controlada al sol, las molestias suelen ser desagradables y dolorosas.Para estos casos especiales se puede hacer uso de remedios naturales a base de plantas que actúan como calmantes y cicatrizantes, aportan hidratación y ayudan a recuperar y regenerar las zonas dañadas. Esta clase de soluciones las encontramos fácilmente en herbolarios y tiendas naturistas cuando no se tiene acceso a la planta directamente.

Algunos remedios caseros efectivos y de fácil preparación pueden ayudar a aliviar quemaduras producidas por el sol. Es el caso del  áloe vera que al aplicar el gel directamente de la planta varias veces al día actúa rápidamente mejorando la zona afectada y calmando el dolor. Si no disponemos de la planta podemos aplicar geles de gran pureza ya preparados para su uso cosmético. Igualmente cataplasmas de plantas como la caléndula aplicada en frío, el aceite de árbol de té diluido en agua o preparaciones de pepino triturado directamente sobre la zona afectada son remedios que resultan muy prácticos para el alivio inmediato de quemaduras leves.

Por último, y lo más importante, es la prevención. Educar tanto a los padres como a los niños sobre los riesgos que conllevan las radiaciones solares podría evitar numerosos casos de enfermedades y afecciones leves, se puede empezar evitando las exposición en las horas del medio día entre las 11:00 y las 16:00 incluso cuando no hace sol y acostumbrarse a la aplicación de filtros solares y una suficiente hidratación. Esto aplica para todos los tipos de piel, pero principalmente para las personas de piel más clara o que viven en zonas de mayor riesgo.

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