Infecciones micóticas en los pies. Prevención y tratamiento

El verano es la estación perfecta para la proliferación de las afecciones por hongos en los pies. Pocas son las personas que no hayan padecido o lleguen a padecer, al menos una vez a lo largo de su vida, pie de atleta, la infección por hongos más conocida y extendida. Os explicaremos como prevenir una infección micótica y como tratarla una vez se manifiesta, de la manera más natural.

A escasamente un mes de la entrada oficial del verano, en muchas zonas del país hace tiempo que se nota ya el calor estival. Y no solo apetece ponerse ropa más ligera, también esperamos impacientes la apertura de las piscinas públicas de las respectivas poblaciones para poder disfrutar de unos ratos de sol y chapuzones en buena compañía.

Y mientras esperamos y esperamos que llegue el día de "enseñar chicha", es momento de acordarse de que, precisamente, esa "chicha" es la que no queremos mostrar. Por lo que decidimos apuntarnos (o ir) al gimnasio antes de estrenar bañador.

En fin, que la situación está servida. Porque precisamente todos éstos son los lugares donde existe más riesgo:

Calor + humedad + lugares públicos + aumento de usuarios que van a esos lugares públicos donde hay calor y humedad = Aumento del riesgo de aparición de infección micótica.

Qué afecta a los pies

Las infecciones micóticas en los pies son causadas por hongos de tipo dermatofito. Es decir, hongos de superficie. Este tipo de hongo afecta la superficie de la piel (la capa córnea), así como el pelo, las uñas y las mucosas (nivel bucal y vaginal). En el caso de los pies, será la piel (zona plantar, bordes e interdigital) y las uñas.Los hongos dermatofitos tienen la capacidad de metabolizar la queratina (de ahí su localización en zonas superficiales, muy ricas en queratina). A esto se le suma que la pared celular de los hongos contiene una sustancia que inhibiría nuestra respuesta inmune y, por tanto, mermar nuestra capacidad de lucha contra la infección.

Existen básicamente 2 tipos de infecciones por hongos que pueden afectar a los pies:

  • Onicomicosis: también llamada Tinea unguium o Tiña de las uñas. Es una infección fúngica que afecta a las uñas, causada principalmente por el hongo Trichophyton rubrum. Normalmente empieza en la uña del dedo gordo, pudiéndose extender al resto de dedos si no se trata a tiempo. La onicomicosis progresa de forma silenciosa. Es decir, sin dolor y muchas veces sin signos visibles en sus inicios. La persona afectada sabe que lo está cuando la uña empieza a mostrar cambios. Estos cambios son físicos y básicamente se aprecia un cambio en el color y la forma, ya que ésta pierde brillo, adquiere un tono amarillento, gana grosor y se escama.Tanto la onicomicosis como la tienea pedis pueden afectar también a otras zonas como las manos.
  • Pie de atleta: también llamado Tinea pedis. El pie de atleta es de las afecciones por hongos más frecuentes que existen resultando los hombres más afectados que las mujeres. El nombre de "pie de atleta" viene dado por la gran incidencia de esta infección en deportistas. Aunque actualmente está muy extendida entre la población general. Son varios los hongos que pueden ocasionar pie de atleta entre los que destacan los del género Trichophyton. De ahí que muchas personas con onicomicosis desarrollen también pie de atleta. Es más molesto que la onicomicosis ya que causa enrojecimiento y picor. También escozor y en muchos casos descamación, grietas y ampollas. Otra de las características es el mal olor que provoca la infección.

Prevención

El contagio por hongos es más frecuente en lugares públicos donde se combina un elevado grado de humedad con altas temperaturas e ir descalzo. Un (y nunca mejor dicho) verdadero caldo de cultivo que podemos encontrar en piscinas públicas, vestuarios y gimnasios. Pero hay más situaciones en las que el crecimiento está asegurado y el riesgo de contagio también existe.

Ante este panorama podemos suponer que la mejor manera de luchar contra la aparición de una infección micótica es aplicando la prevención, evitando situaciones que estimulen la proliferación de los hongos y el posible contagio. Os explicamos las diferentes formas de hacerlo.

  • Ir siempre con calzado adecuado en piscinas y duchas públicas. El calzado tipo chancla será un gran aliado. De esta manera evitaremos el contacto directo aplicando una barrera física entre nuestro pie y el suelo con posible presencia de hongos. Después de cada visita al vestuario o zona de baño y antes de guardar nuestro calzado "protector", recomendamos pasar las chanclas por el grifo.
  • No compartir toalla. Dado que el contagio se produce de forma directa, conviene evitar utilizar una toalla que haya estado utilizada por otra persona. Y por extensión utilizar nada que haya estado en contacto directo con los pies de otra persona. Por muy limpio que nos parezca. La toalla que utilicemos debe ser de uso exclusivo para los pies y será conveniente airearla y secarla después de cada uso.
  • Secarse bien los pies después del baño/ducha. Ya hemos dicho que la humedad y la temperatura son grandes amigos de los hongos. Así que, al secarnos los pies, hacerlo a conciencia, para evitar dejar zonas húmedas que se calienten con el calor corporal. Para ello es importante prestar atención entre los dedos.
  • Calzado transpirable. Puede que haya empezado el calor, pero aun te resistes a dejar el calzado de invierno. Los pies empiezan a sudar y no transpiran correctamente. Esta situación hace que se crean las condiciones ideales para la proliferación de hongos. A la par que el mal olor. También hay que tener en cuenta que, aunque se lleve calzado de verano, siempre que sea calzado cerrado, asegurarse que facilitan la respiración y transpiración de los pies.
  • Higiene profesional. Cuando se va a un salón de pedicura, asegurarse que el profesional que ha de tratarte parte de utensilios esterilizados y utiliza guantes. Los hongos son altamente contagiosos y una mala limpieza del material de pedicura es un riesgo al que estaremos expuestos y que más vale no asumir.
  • Evitar compartir calzado o calcetines. Puede que ahora no se te ocurra como puede ocurrir esto, pero si haces memoria, seguro que se te ocurren situaciones en las que puede que tengas que ponerte (o lo hayas hecho ya) calzado o calcetines que no son los tuyos. Por ejemplo, una bolera. O cuando vas a una zapatería. En muchas zapaterías tienen calcetines a disposición del que se prueba el calzado. Y no son calcetines desechables...
  • Hiperhidrosis. Si sufres de hiperhidrosis plantar debes prestar especial atención al cuidado de tus pies. El exceso de sudor mantiene constantemente los pies en un estado de humedad que favorece la proliferación de los hongos.

Secarse bien los pies, utilizar calzado transpirable, no ir descalzo en zonas públicas y húmedas y mantener una correcta higiene de los pies, son la clave para reducir el riesgo de infección.

Tratamiento

Cuando ya existe una onicomicosis o pie de atleta lo primero que hay que tener claro es que los tratamientos para eliminar la infección y curar la piel son largos y hay que ser constante y disciplinado. Una infección por hongos pone a prueba nuestra perseverancia y paciencia.

Si buscas una alternativa a los tratamientos farmacológicos, sin duda, una de las mejores nosviene de Australia, donde encontramos un árbol muy conocido por aborígenes desde hace siglos: el Árbol de té. El aceite de Árbol de té, extraído de sus hojas, contiene principios activos con propiedades demostradas como antiséptico y antifúngico. La aplicación constante del aceite puede ayudar, ya no solo a ir eliminando los hongos situados en la superficie, también a calmar la zona irritada.

Se deben remojar cada día los pies en una solución de aceite de Árbol de té en una concentración entre el 25 y el 50% de aceite. A continuación, secar bien, sobre todo en la zona interdigital, con una toalla, sin frotar. Podemos potenciar la acción del aceite aplicando unas gotas sobre la piel seca con un suave masaje.

El aceite de Árbol de té es también un buen preventivo, por lo que, si tus actividades cotidianas hacen que estés continuamente expuesto a situaciones de riesgo (gimnasios, vestuarios, piscinas públicas…), no dudes en seguir utilizándolo para tener tus pies bien protegidos. Hacer baños de pies con agua y unas gotas de aceite, dejar en remojo unos minutos y secar suavemente sin aclarar.

Podemos reforzar nuestra crema hidratante con unas gotas de aceite de Árbol de té y aplicarla sobre la piel.

Y no solo sobre los pies. Podemos tener nuestra ropa interior protegida añadiendo unas gotas al jabón para lavar la ropa.

Existen preparaciones comerciales que contienen aceite de árbol de té. Jabones, cremas, desodorantes… Sin duda, una gama de productos a tener en cuenta si queremos mantener nuestra piel protegida de tan indeseables organismos.

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